Los detalles actualizados de la estrategia marciana de la Nasa aparecen en un documento de 36 páginas revelados al público a última hora del jueves.
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La publicación del texto ocurre antes de una audiencia ante el Congreso sobre el presupuesto para la exploración extraterrestre y un encuentro internacional de la industria espacial en Jerusalén la semana próxima.
Los astronautas que viajen a Marte podrían pasar tres años en el espacio profundo, donde la radiación es alta y por tanto mayores son los riesgos de padecer cáncer, perder densidad ósea y sufrir problemas inmunológicos, según el documento.
“Vivir y trabajar en el espacio requiere aceptar riesgos y el viaje vale ese riesgo”, señaló el texto, calificando Marte de “un objetivo alcanzable” y “la próxima frontera tangible para la expansión de la presencia humana”.
Pero algunos expertos consideraron que el informe, que no incluye presupuesto ni calendario, es débil en detalles importantes.
John Rummel, científico del instituto SETI, dijo que el documento contiene “curiosas deficiencias” e hizo notar que sólo menciona los términos “comida” y “aire” una vez, sin dar más detalles sobre cómo harán los astronautas para cultivar alimentos en el espacio para sobrevivir.
También ignora “el importante asunto del riesgo de contaminación” si resulta que Marte alberga pequeñas formas de vida o si los humanos las llevan allí por accidente, dijo Rummel a la AFP.
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“Si no se tiene bastante cuidado, la contaminación proveniente de la Tierra puede interpretarse erróneamente como vida marciana”, comentó.
Más cerca que nunca
El administrador de la Nasa, Charles Bolden, dijo en un comunicado que la agencia espacial estadounidense está “más cerca que ningún otro momento de la historia de enviar astronautas estadounidenses a Marte”.
“Estamos deseosos de seguir discutiendo los detalles de nuestro plan con los miembros del Congreso, así como con nuestros socios comerciales e internacionales, muchos de los cuales asistirán al Congreso Internacional de Astronáutica la semana próxima”, añadió Bolden, que también fue astronauta.
El plan se divide en tres etapas, la primera de las cuales ya está en camino con experimentos sobre la salud y el comportamiento humanos y sistemas para cultivar comida y reciclar agua a bordo de la Estación Espacial Internacional.
La segunda fase, llamada “Campo de prueba”, comienza en 2018 con el primer lanzamiento de la nueva cápsula espacial Orión sobre el cohete más poderoso que se habrá construido hasta entonces, conocido como el Space Launch System (SLS).
Luego, la agencia planea practicar otras misiones en el área entre la Luna y la Tierra, o en torno a la órbita de la Luna.
“La Nasa aprenderá a conducir operaciones complejas en un ambiente de espacio profundo que permitirá a las tripulaciones volver a la Tierra en cuestión de días”, aseguró el informe.
La tercera fase involucra vivir y trabajar en la superficie de Marte y en tránsito en naves espaciales “que sustentarán la vida humana durante años, haciendo sólo mantenimientos de rutina”.
La Nasa no dio fechas precisas ni detalles para esta fase, aunque un gráfico menciona “misiones humanas a Marte hacia 2030”.
Las inversiones descritas en cada una de las tres fases “son asequibles dentro del actual presupuesto de la Nasa”, afirma el documento.
Pero, a medida que busca ir más lejos, la agencia reconoce que los problemas se volverán más complejos: “Las futuras misiones enfrentarán desafíos cada vez más difíciles, asociados al transporte, a trabajar en el espacio y a mantenerse saludable”.