MARÍA PÍA ARRIOLA
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Hace mucho que el practicante dejó de ser el chiquillo que sacaba fotocopias y servía el café en la oficina. Hoy en día, esta figura laboral cumple un rol más proactivo en la organización y tiene cada vez más oportunidades de quedarse y desarrollarse en las empresas que lo acogen.
Para Bernardo Sambra, gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Banco de Crédito -entidad que ha desarrollado el programa Explora BCP-, la persona que recién está empezando a forjarse una carrera profesional debe seguir ciertas pautas para lograr el éxito.
‘El principal mensaje que les damos a nuestros practicantes es que sean muy inquietos. Deben tener una curiosidad permanente, querer saber más, conocer más, aprender más. Para eso, les recomiendo que pregunten, que pregunten una vez más si no quedó claro y una vez más por si acaso. No se cansen de preguntar’, explica el especialista en Recursos Humanos. Pero también recomienda poner en práctica otro tipo de habilidades.
‘Nosotros medimos en las entrevistas la confianza que cada uno se tiene en sí mismo. Hoy en día es muy valorada la innovación, la capacidad para manejar el cambio de manera asertiva, la creatividad para tomar decisiones’, afirma.
Asimismo, Sambra aconseja que una vez que se ha ingresado a una empresa como practicante, hay que ser proactivos y más arriesgados al momento de proponer. ‘El mundo no busca practicantes que se queden en sus laureles sentados en sus cubículos. No esperen que les digan qué hay que hacer. Los practicantes deben tener autonomía, queremos que desafíen el status quo, que den ideas, que no se autolimiten, que no se pongan trabas y no se dejen aminalar por las jerarquías’.