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El martes 11 de septiembre de 2001 quedará marcado como uno de los días más funesto en la historia de Estados Unidos: dos aviones, con pasajeros a bordo, fueron secuestrados y luego estrellados sobre las emblemáticas Torres Gemelas (World Trade Center) de Nueva York. 110 pisos de alto se vinieron abajo en cuestión de minutos.
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En información breve, la agencia de noticias AFP indicó que la diferencia entre el impacto del primer y segundo avión fue de solo 18 minutos. Se registra que el primer choque fue a las 08:46 de la mañana.
Dicho atentado terrorista no solo se detuvo en el World Trade Center, también se manifestó en el Pentágono de Washington. Además, un cuarto avión de pasajeros de la empresa aérea, United Airlines, fue secuestrado y se estrelló en un área rural cerca de Pittsburgh, al oeste de Pennsylvania.
A las pocas horas, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no tardó en asegurar que todos estos terribles eventos eran considerados como ataques terroristas.
Estados Unidos comenzó con las investigaciones y concluyó que todo había sido obra de la red terrorista yihadista, Al Qaeda. Por esos días, quien era su cabecilla central, Osama Bin Laden, brindó una clandestina conferencia, en donde admitió que ellos eran los autores de todos estos ataques. Bin Laden estuvo perseguido por más de una década, pero el gobierno estadounidense se encargó de informar que el 2 de mayo de 2011 había sido acecinado por su armada.
Después de lo sucedido, el Estado norteamericano sostuvo que esta catástrofe cobró un saldo negativo de 2992 personas fallecidas, 600 heridos y la desaparición de 24 individuos. A esta cifra también se sumó la muerte de 19 terroristas, quienes fueron los encargados de realizar los diferentes impactos mortales.
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Otro actor central de esta historia fue el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush. En todo momento, el mandatario movilizó sus tropas para encontrar a los responsables. Definitivamente, las críticas mundiales le dieron la espalda por este tipo de medida que cobró millares de vidas.
Después de 14 años, esta gran herida aún sangra. Según información vertida por AFP, el presidente Barack Obama y su esposa Michelle encabezaron, en el jardín de la Casa Blanca, un minuto de silencio, en memoria de todos los fallecidos.