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Científicos dieron a conocer un hallazgo que podría cambiar la historia para siempre: existió otra especie humana, la cual fue recién descubierta, y se llama: “Homo naledi”. Fue hallado en la cueva Rising Star, a casi 50 kilómetros de Johannesburgo, en Sudáfrica, por el paleoantropólogo Lee Berger, quien lanzó la convocatoria para reunir un equipo de trabajo a través de redes sociales.
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Los resultados de la investigación se dieron a conocer este día en la revista científica eLIFE. A continuación, cinco puntos importantes que deben conocer sobre esta nueva especie.
1. Su nombre
Los autores de la investigación aseguran que es una nueva especie en nuestro género. Le bautizaron como “naledi”, ya que en en la lengua local sesotho, significa “estrella”.
2. El sentido de la muerte
Los restos fueron encontrados en el interior de una cueva y no hay indicios de que hayan llegado ahí por accidente. Los investigadores creen que esta especie ya tenía consciencia sobre la muerte y habrían realizado los primeros funerales, algo que no se había descubierto en ningún otro de los ancestros.
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3. ¿Cuántos años tiene?
Esta es una de las interrogantes que queda por descubrir. Fueron los investigadores quienes aseguraron no conocer la edad exacta del Homo naledi, sin embargo, se cree que por sus características, podría ser el primero de la especie “Homo”.
4. Será la especie que mejor se conoce
En la cueva encontraron huesos de infantes, niños, adolescentes, adultos y ancianos. “Tenemos casi todos los huesos del cuerpo representados varias veces, lo que hace al Homo Naledi el fósil de nuestro linaje que mejor se conoce”, expresó Lee Berger.
5. ¿Cómo eran?
Los naledi medían un metro y medio, pesaban cerca de 45 kilos. Aún no habían desarrollado un cerebro grande (tenían 500 centímetros cúbicos en vez de los mil 200 de un Homo sapiens), pero ya tenía un cuerpo estilizado, rasgos humanos, la capacidad de caminar erguidos y dientes relativamente pequeños.
Sus manos ya contaban con un pulgar para fabricar herramientas de piedra y sus pies eran parecidos a los de los humanos, solo que más planos, de acuerdo al periódico español “El País”.