Estos jóvenes quieren seguir los pasos del cosmonauta cubano, de 73 años, quien se convirtió en el primer negro en orbitar en el espacio en 1980 a bordo de la nave Soyuz 38.
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El primer africano fue, en cambio, el sudafricano blanco Mark Shuttleworth, de 41 años, quien se convirtió en el segundo turista espacial de la historia.
Tres de estos cuatro aspirantes han sido preseleccionados en el marco de un concurso mundial para enviar al espacio a “un joven icono del futuro”. En noviembre, sabrán si uno de ellos podrá traspasar la linea de Kármán, que delimita la frontera entre la atmósfera terrestre y el cosmos.
El vencedor deberá entonces someterse a un entrenamiento intenso antes de embarcar a bordo del transbordador Lynx Mark II de la firma XCOR en un vuelo previsto teóricamente en 2016.
El nigeriano Freeman Osonuga, médico del hospital universitario de Lagos, competirá con otras 30 personas en el programa “Rising Star” (Estrella Emergente) de la agencia de talentos Kruger Cowne y de la organización caritativa One Young World, ambas con sede en Londres.
“¡Es genial tener la oportunidad de hacer historia y de inspirar a una generación y a un continente!”, exclama Osonuga.
Este treintañero, originario del Estado nigeriano de Ogun (suroeste) y benjamín de una familia pobre de seis hijos, está acostumbrado a correr riesgos. Recientemente, estuvo trabajando durante seis meses en Sierra Leona en el seno de un equipo de lucha contra el virus Ébola.
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’Mujer, negra y sudafricana’
La firma estadounidense XCOR propone vuelos de una hora por un precio de 100.000 dólares (87.000 euros) y ya ha vendido cientos de billetes a particulares, que deberían así poder flotar un día durante 5 a 6 minutos a gravedad cero.
Sin embargo, la fecha del primer vuelo comercial a bordo del transbordador Lynx Mark II, cuyo despegue está previsto desde el desierto californiano de Mojave, todavía se desconoce, ya que todavía no está a punto.
La lista de candidatos preseleccionados por “Rising Star” se reducirá a tres finalistas, que deberán cada uno hablar durante 15 minutos en noviembre en Bangkok sobre un tema de su elección ante un público de 1.300 personas de 196 países diferentes.
A continuación, los jueces decidirán quién merece convertirse en astronauta.
Únicamente con pensarlo, a la productora y directora de programas educativos sudafricana Nono Cele, de 28 años, se le ponen “los pelos de punta”, ya que podría convertirse en la primera africana negra en ir al espacio.
“Mi trayectoria, mi país, mis dificultades, mis errores, todo me ha dado a entender que algunas cosas son imposibles para alguien como yo: una mujer, negra y sudafricana”, confiesa a la AFP.
“Poder acceder a tanta grandeza sólo confirma el hecho de que mi vida tiene un sentido, que es preciosa y, sobre todo, que puedo hacer cambiar las cosas”, estima la joven.
El tercer candidato africano negro en este concurso, Tshepo Seloane, tiene 25 años, es consejero en el Fondo Nelson Mandela para la infancia y defensor de la juventud. El aspirante a cosmonauta es originario de la provincia de Guateng, en el norte de Sudáfrica.
’El Afronauta’
En 2013, otro sudafricano había conseguido una plaza en uno de los vuelos espaciales de Lynx Mark II, al término de un concurso organizado entonces por la Academia Espacial Axe Apollo, con sede en Estados Unidos.
Mandla Maseko, pinchadiscos a tiempo parcial, debía embarcarse este año, aunque por el momento sigue esperando a que le comuniquen la fecha. XCOR y Maseko, que se autodenominó “el Afronauta”, no contestaron a la solicitud de entrevista de la AFP.
El vencedor de “Rising Star” despegará en principio en 2016, pero el retraso en el desarrollo del transbordador podría con casi seguridad aplazar el despegue. La presentación de la nave, prevista inicialmente en 2010, se aplazó a 2012 y, después, a 2015. En su página web, XCOR explica que la fase de prueba de la primera nave tendrá lugar a finales de 2015 y podrá durar hasta 18 meses.
Freeman Osonuga ya sueña con un vuelo espacial. “Sería una de las pocas oportunidades para convertirse en un rayo de esperanza para el continente. La prueba viviente que podemos apuntar a la luna”.