El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no deberá responder de las acusaciones de agresión sexual de una demandante sueca.
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Como no se presentaron acusaciones formales contra él, los hechos prescribieron este jueves, ya que tuvieron lugar hace cinco años.
A pesar de ello, nada cambiará en la vida de este australiano de 44 años, que está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres para escapar de una orden europea de detención emitida por Suecia.
Y es que las denuncias de violación interpuestas por otra demandante no prescribirán hasta agosto de 2020.
Assange, quien no está imputado formalmente de ningún delito, defiende su inocencia. Afirma que las relaciones sexuales fueron consentidas.
En junio de 2012, tras perder todos sus recursos en Reino Unido, Ecuador le concedió asilo político y, desde entonces, ha intentado en vano obtener un salvoconducto para trasladarlo a Quito.
Assange cree que, si viaja a Suecia, podría acabar extraditado en Estados Unidos, donde teme ser condenado a muerte por las revelaciones de WikiLeaks.