Un zoo en Japón intenta lo imposible, cambiar la imagen de las cucarachas, pequeñas y grandes, voladoras o no voladoras, siseantes o silenciosas, con una exposición dedicada a uno de los insectos más detestados del planeta.
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Con 4.000 especies, la cucaracha, la criatura más resistente, puede sobrevivir casi en cualquier parte, pero lo más habitual es que la gente las encuentre en los recovecos de la cocina o del baño, arrastrándose por la noche sobre las aceras o atravesando habitaciones.
“Tienen una imagen muy negativa”, lamenta una portavoz del zoo Shunanshi Tokuyama situado en Yamaguchi, al oeste de Japón, un país donde las cucarachas de gran tamaño con el caparazón oscuro y brillante son bien visibles durante el cálido y húmedo verano.
SU ROL IMPORTANTE
“Pero en realidad, juegan un rol importante en la cadena alimentaria”, afirmó esta responsable a la AFP, explicando que la cucaracha se come los esqueletos de animales en descomposición y las plantas muertas en los bosques.
Sin embargo es sabido que algunas especies son perjudiciales, transmitiendo agentes patógenos como las bacterias y provocando igualmente alergias. Uno de los grandes momentos de la exposición es la carrera de cucarachas, donde los visitantes pueden juzgar la impresionante rapidez a la que se desplazan estos insectos.
El zoo propone también tocar la cucaracha siseante de Madagascar, que puede alcanzar los 7 cm, que no vuela pero emite una especie de silbido. La exposición temática, a la que acuden de un 70 a un 80% de visitantes del zoo, presenta 200 individuos de un total de 15 especies.