El niño, de padres nicaragüenses, que ‘prefirió’ entregar su vida a la de unirse a una pandilla y asesinar a un conductor de bus fue velado en su vivienda en el barrio San Antonio, en la zona seis, una de las 25 zonas en las que se divide la ciudad de Guatemala.
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El sábado pasado falleció en el Hospital General San Juan de Dios luego de pasar 15 días en el área de cuidados intermedios. Será enterrado en Managua, Nicaragua, este lunes 7 de julio.
El 18 de junio a las 12:40 horas los vecinos del asentamiento Jesús de la Buena Esperanza, que está debajo en la zona 6, se sorprendieron al encontrarlo herido de gravedad.
Pandilleros lo habían lanzado por ‘negarse’ a cometer un crimen. Cuando los socorristas lo auxiliaron escucharon sus palabras: ‘Querían que matara a un conductor y me tiraron del puente’.
En redes sociales se ha difundido una fotografía en la que se ve el momento en el que su padre, el chofer de bus urbano, Juan Luis Escalante, llegó y lo abrazó antes de que llegaran los socorristas.
Su mamá Claribel Pérez agradeció la ayuda de cientos de personas.