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EE.UU.: Los ancianos al volante a pesar de las dificultades

No hace un buen día para salir con el auto, tengas la edad que tengas. Pero eso no echa atrás a Don Robertson.

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A sus 66 años, forma parte de un equipo de 600 conductores veteranos que llevan voluntariamente a otras personas que ya no pueden ponerse al volante.

Asegura que así no solo ayuda a los demás, sino también a sí mismo.

‘Conducir es mantenerse motivado… y no quedarse parado. Porque mientras que estés en movimiento y conduciendo por ti mismo, puedes seguir adelante”, dice Don Robertson, conductor voluntario.

Hoy tiene que recoger a Mary Roberts, de 88 años.

Hace 9 años tuvo un accidente de auto cuando iba como pasajera y las secuelas no le permiten manejar.

‘No poder manejar ha cambiado mi vida por completo, cada aspecto de mi vida diaria. Me avergüenza preguntar… cuando tengo que ir al médico o al dentista tengo que avisar con dos semanas de antelación porque no hay suficientes conductores’.

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Debido al crecimiento urbano en esta zona, como en muchas comunidades de Estados Unidos, no se puede confiar en el transporte público.

Y el aumento de personas mayores hace que el reto se haya incrementado en la última década, según la directora de Cuidadores Voluntarios.

‘Cuando comencé esto por primera vez, la mayoría de las personas que nos llamaban tenían 75, puede que 80 años. Ahora, comprobamos que la gente que nos llama tiene entre 85 y 90, estamos ayudando a 12 personas de un total de más de 100 que aún permanecen en sus casas, y sus necesidades son mucho más complejas de lo que eran antes. Parecen ser mucho más frágiles, con más problemas de movilidad”, señala Lynette Whiteman, directora de Cuidadores Voluntarios.

Según la la Asociación Americana del Automóvil, los conductores mayores son más prudentes en la ruta. Son más propensos a ponerse el cinturón de seguridad, a no exceder la velocidad y a no beber.

Pero también corren más riesgos de ser heridos o morir en un accidente que los jóvenes

‘Yo pasé personalmente por eso con mi padre, que no debía conducir. Como no quería dejarlo, al final tuvimos que sentarnos todos juntos y quitarle las llaves… Perdón pero fue muy duro. Fue realmente duro, y recibo todo el tiempo llamadas de familias a las que le sucede lo mismo’, señala Lynette Whiteman, directora de Cuidadores Voluntarios.

La generación del baby-boom se hace mayor.

20.000 estadounidenses cumplen 65 años cada día, lo que hace que el tema de los ancianos al volante sea una cuestión que hay que afrontar.

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