Con la mira bien puesta en su objetivo.
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Ellas son parte del primera una unidad élite de mujeres del ejército sirio para algunas de las más peligrosas misiones a las afueras de Damasco.
Son jóvenes como Angham que hasta hace poco estudiaba y hoy está lista para matar.
“Me ofrecí de voluntaria justo después de terminar la secundaria. Mis tres hermanos sirven en el ejército árabe sirio y a mi única hermana en casa le gustaría unirse a mí”, dice Angham, soldado siria.
Hay 800 mujeres en esta brigada, que enfrentan a los rebeldes en el este y sureste de Damasco.
Reem y Samar,de 20 y 21 años, tienen listo su rifle SV-98 para disparar por este pequeño orificio en el distrito Jobar.
Una mirada letal se esconde detrás de estos ojos maquillados.
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“Siempre tengo objetivos para disparar y siempre los marco. Una vez disparé a 11 personas en el mismo día. Yo estaba muy feliz y también hice a mi comandante feliz. Así que me dio una condecoración militar similar a los certificados que solía obtener en la escuela”, dice Reem, francotiradora siria.
Frente a ellas solo hay devastación, escombros y autos quemados.
Este edificio está a solo 200 metros de los rebeldes y es defendido únicamente por la brigada de mujeres.
“El rifle de francotirador puede matar a una persona por cada disparo, pero con mi B10, que acabo de disparar en esa casa, podría matar a todos dentro”, señala Zainab, sargento siria.
El capitán Ziad, que comanda la unidad, asegura que no hay diferencia de género en la eficacia de las combatientes.
“Dependiendo del campo en el que se entrenan en el uso de las armas, las mujeres han sobresalido e incluso golpeado ligeramente a los hombres”, dice Ali, comandante del ejército sirio.
Es la primera vez que se crean comandos de mujeres en el ejército sirio, aunque se han enlistado por más de 10 años.
