Por Andrés Velarde
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‘Aló, aló… no te copio. La señal es mala aquí’. Que levante la mano quien no ha pasado por esta situación cuando trata de comunicarse a través de su teléfono celular desde algún balneario del sur.
El uso de celulares en todo el país ha crecido exponencialmente y ya se ve personas que usan regularmente dos o tres aparatos. En el Perú existen más de 30 millones de líneas activas, y se calcula que una de cada tres corresponde a un smartphone. La penetración de la telefonía móvil es del 105%, lo que significa que casi cualquier peruano puede acceder a un celular.
Esta penetración ha calado en la forma de vida de las personas de manera evidente. Como el estudio Millenials Smartphone, elaborado por FuturoLabs, afirma, ‘el 70% de los jovenes de 18 a 34 años en Lima considera que el teléfono inteligente les da libertad y control de lo que sucede en su vida’.
Sin embargo, la infraestructura necesaria para brindar este servicio es insuficiente. A nivel nacional existen cerca de ocho mil antenas de telefonía, cuando necesitaríamos unas 22 mil para cubrir la demanda, según información propalada por la Oficina de Control y Supervisión de Comunicaciones del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, en julio del 2014. Publimetro se comunicó con dicha cartera para solicitar actualizaciones sobre el tema, pero el ministerio en cuestión no facilitó información a la prensa.
Anthuanette Nomberto, gerente de Comunicaciones de Claro, comenta que la problemática en gran medida se genera por las prohibiciones o rechazos de permisos para instalar antenas de parte de los municipios distritales, aún cuando ellos deberían ser los promotores y facilitadores para el despliegue de antenas como parte de un servicio a su comunidad. ‘Los veraneantes y los municipios deben entender que la mejora de la calidad de señal pasa por ellos mismos, permitiendo y facilitando el despliegue de más antenas’, indica.
Según la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional, el déficit en la infraestructura movil supera los US$2.100 millones, cifra con la que se podrían habilitar 14 mil nuevas antenas.
Sin embargo, es una cuestión que va más allá del dinero, ya que en realidad son las comunas las que se oponen a la instalación de estas antenas, por miedo a que la radiación que emiten afecte la salud de sus vecinos. Estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud, sin embargo, descartan esta posibilidad.