La máscara dorada del emperador Tutankhamon, una de las reliquias más apareciadas del Museo Egipcio en El Cairo.
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Pero durante unas reparaciones de la vitrina donde se hallaba, su barba se cayó accidentalmente.
Durante su restauración se abusó del pegamento y desde entonces son visibles pegotes secos en su barba.
“Desafortunadamente este arreglo no se hizo debidamente así que puedes ver restos de pegamento en su barba, pero este arreglo puede ser revertido, es una operación delicada y tiene que ser revertida cuidadosamente’, señala el curador Christian Eckmann.
Una labor complicada, ya que sólo la barba pesa más de dos kilos.
Si logran repararla los visitantes de este museo que solía atraer antes de las revueltas de 2011 a millones de personas, podrán seguir apreciando en todo su esplendor la grandeza de este famoso emperador egipcio.