Los latinoamericanos estamos acostumbrados a oír un doblaje característico para la región, el cual suele realizarse en México. Sin embargo, España también apuesta por traducir las mismas películas, pero fiel a su dialecto.
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¿A qué se debe esto? Lo ideal sería que todos los hispanohablantes oyeran un mismo doblaje, pero España siempre se ha caracterizado por atender a su público local.
El origen del porqué España siempre doble las películas con su característico acento se remonta a 1941, cuando la dictadura del general Francisco Franco promulgó la Ley de Defensa del Idioma por motivos propagandísticos.
Como se recuerda, el franquismo se caracterizó por su nacionalismo extremo y utilizó el doblaje como medio político para predominar el castellano sobre el resto de idiomas en la península. También permitió al gobierno censurar o cambiar el contenido de determinadas películas que atentaran contra el orden español.
La página Hipertextual cuenta, por ejemplo, que en el doblaje al castellano de Mogambo (1953), Grace Kelly y Donald Sinden son hermanos y no matrimonio para evitar así el adulterio. En Casablanca (1942), Humphrey Bogart no puede ser republicano, como en la versión original, así que luchó contra los nazis en la versión española.