Por Zoë Massey
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En los últimos años, a través de mi trabajo, los amigos o la vida, he tenido la suerte de conocer a personas muy interesantes, algunas más locas que otras, pero que me permiten ver a través de sus ojos. Con unas puedo ver más arriba de Lima de lo que jamás imaginé y con otra ver debajo del mar.
Yuri Hooker debe ser (si es que no lo es ya) uno de los mejores y más comprometidos biólogos marinos de nuestro país y hoy, gracias a él, todos podemos saber que debajo de nuestro mar hay mucho más color que ese marrón-gris que siempre vemos. Él no solo es un capo de capos, sino que es muy chévere, buena onda y tiene la capacidad de explicarte todo lo que ve en un idioma tan simple que puedes vivirlo casito en carne propia, y sobre todo entender de qué nos está hablando, cosa que muchos otros deberían aprender (a veces vas a una conferencia o exposición y sales sabiendo menos de lo que sabías al llegar a ella).
Su libro Perú Submarino es el sueño de un niño que creció en las playas de Trujillo, jugando con los pescadores en el mar y no al fútbol en la arena. De un niño súper curioso al que siempre le llamó la atención lo que había bajo el agua y no tanto tostarse en la arena. Este niño creció para convertirse en buzo a fuerza de terquedad mezclada con curiosidad, lo que sumado a todos sus estudios hoy lo lleva a diferentes profundidades del Perú y el extranjero.
Dentro de las cuchucientas cosas de las que es responsable, ha publicado a diez nuevas especies para la ciencia y decenas de nuevos registros para el Perú. Pasa más tiempo dentro del mar que fuera y me hace pensar que hay gente que debió nacer con branquias y membranas entre los dedos.
Esta joya para la ciencia peruana es imperdible para todo amante del mar. También para el que duda de que haya algo interesante en nuestras costas y para el que se llena de excusas por no tener equipos supermegaarchiextraordinarios (todas las fotos de este alucinante libro fueron hechas con cámaras submarinas de las más sencillas, pero con toda la pasión por este mundo acuático, que es lo que claramente marca la diferencia).
Como dato extra me ha llamado mucho la atención lo siguiente: ¿sabías que la fauna marina en nuestro país no está considerada como fauna silvestre y por ende no se pueden proteger sus peces, moluscos, mariscos y demás nombres que no me sé, y por eso, los que estaban en peligro de extinción ya no lo están más…porque ya no hay? Por eso también puedes comer lo que te provoque, así sea el penúltimo ejemplar de su especie. Increíble pero cierto. Como me dijo una amiga el día de la presentación de este libro: ‘Somos tan increíbles los peruanos que somos los únicos que tenemos nuestra propia concepción de lo que es fauna silvestre’. Los delfines, lobos, ballenas y afines solo se salvan porque la evolución los hizo tener que salir del agua para respirar, que si se les ocurre dejar de hacerlo, mañana están en tu riquísimo cebiche. Conclusión: no solo por la pesca de barcos extranjeros se depreda el mar, la pesca deportiva y la artesanal lo hacen también y las leyes lo permiten.
El libro Perú Submarino hoy lo encuentras en La Mercader del Mercado Unión de Barranco, en las librerías Virrey, Época, Sur e Íbero, o directamente con Yuri Hooker (hookery@yahoo.com).