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La consultora Future Brand acaba de lanzar su nuevo estudio de percepción Country Brand Index 2014-2015, donde evalúa la capacidad de los países de ser una Marca País. El estudio fue elaborado a base de encuestas a viajeros constantes, con un perfil cosmopolita, de 75 países.
Planteando la hipótesis de que no todos califican como ‘marcas’, los resultados del estudio arrojaron que solo 22 países evaluados se ganan esta denominación.
En el caso del Perú, este se ubicó en el puesto 49 del ranking total y sétimo en Latinoamérica, con lo que no pudo calificar. ¿Estas son malas noticias? No del todo.
Para ser considerado una marca, un país debe tener una ‘buena percepción integral’ -y no necesariamente estar en los primeros lugares- en cada una de las seis ‘dimensiones’ planteadas en el estudio: calidad de la vida, valores, potencial de negocios (englobadas en Estatus) por un lado, y turismo, patrimonio y cultura, y experiencia vinculada con el país de origen (englobados en experiencia), por otro.
No mirar el ranking
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Sin embargo, según Gustavo Koniszczer, director general de FutureBrand Latinoamérica, ver el ranking final no es lo importante. ‘El objetivo claramente debe ser aspirar a ser una Marca País. Pero más importante aún es ver cómo los países se desempeñan en cada una de las dimensiones. Esto ayudará a corregir las deficiencias a través de políticas netamente de promoción’, indica Koniszczer.
En ese sentido, el Perú califica como un ‘país experiencia’, lo que quiere decir que sus principales fortalezas están en el segundo bloque de dimensiones del estudio, configurándose así como el único país de Latinoamérica en el Top Ten del eje Patrimonio y Cultura, muy por encima de Egipto, Alemania, Austria, España e India, y solo por debajo de Italia, Grecia, Japón y Francia.
‘Hay, por lo menos, una dimensión en la cual Perú juega en las ligas mayores. Esto es muy importante porque permite al país seguir siendo competitivo a nivel global. Además es un punto de inicio para poder extender estas bondades a otras dimensiones’, resalta Koniszczer.
Para el consultor, este aspecto puede ser el inicio de una revolución en la percepción peruana.
‘El Perú, además de su valía turística e histórica, es reconocido por la autenticidad de sus productos. Eso es fundamental para comenzar a irradiar aquella percepción positiva al otro eje, que tiene que ver más con los negocios’, finaliza.