Los ataques aéreos israelíes contra Gaza continuaban este sábado en el quinto día de una ofensiva israelí que ha provocado la muerte de más de 120 palestinos.
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Un desafiante Hamas, el movimiento islamista que gobierna la franja de Gaza, disparó seis cohetes más contra Israel desde la medianoche del viernes. Este grupo rechaza los llamamientos internacionales para el cese de las hostilidades, sosteniendo que Israel debe cesar el fuego primero.
En un esfuerzo diplomático para poner fin a la violencia, el presidente de Estados Unidos Barack Obama llamó al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para ofrecerle su mediación para restablecer la calma en Medio Oriente.
Sin embargo, en una rueda de prensa en Tel Aviv el viernes, Netanyahu excluyó poner fin a la ofensiva militar contra Gaza hasta alcanzar su objetivo de detener los ataques de Hamas.
“Ninguna presión internacional nos impedirá atacar, con toda nuestra fuerza, a las organizaciones terroristas que proclaman nuestra destrucción”, dijo.
Después de semanas de ataques con cohetes, Israel parecía decidido a asestar un golpe fatal a Hamas.
Por su parte, Ismail Haniya, ex primer ministro de Gaza y el funcionario de más alto rango de Hamas en el enclave, descartó cualquier cese de las hostilidades.
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“Israel comenzó esta agresión y tiene que detenerla, porque nosotros estamos simplemente defendiéndonos”, dijo.
¿Intervención terrestre?
En el terreno, los preparativos en vista de un posible ataque por tierra continúan. Por el momento, se han movilizado ya a unos 40.000 reservistas.
Periodistas de la AFP vieron tanques israelíes dirigiéndose por la noche al enclave palestino.
“Por el momento, estamos en la primera fase: los ataques aéreos. Imagino que decidiremos mañana [domingo] el día siguiente sobre la próxima etapa”, indicó el viernes el ministro de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman.
Este nuevo conflicto es el más mortífero desde el operativo “Pilar de Defensa” en noviembre de 2012. Los ataques de ambas partes provocaron entonces la muerte de 177 palestinos y de seis israelíes.
En Gaza, 16 palestinos murieron el sábado en una ola de bombardeos israelíes. En total, la operación israelí “Protective Edge” (“Barrera Protectora”) se ha saldado hasta el momento con 121 muertos y 700 heridos, en su mayoría civiles.
El ejército israelí aseguró haber “socavado significativamente las capacidades de Hamas”.
La aviación ha alcanzado “158 objetivos relacionados con Hamas” en 24 horas en la franja de Gaza, entre ellos 68 lanzacohetes, 21 bases paramilitares y escondites de armas, uno de ellos disimulado dentro de una mezquita, según un comunicado militar.
Alrededor de 525 cohetes han sido lanzados desde Gaza, y 138 destruidos en pleno vuelo desde el inicio de las hostilidades.
Hasta ahora, no se han registrado víctimas mortales del lado israelí pero hay una docena de heridos.
Este nuevo episodio de violencia comenzó tras el secuestro y asesinato de tres estudiantes israelíes a principios de junio en la Cisjordania ocupada, que Israel atribuye a Hamas, al que le siguió el asesinato de un joven palestino en Jerusalén a manos de judíos de extrema derecha.
La ofensiva de Israel contra Gaza ha levantado una ola de protestas de los países árabes.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió un alto el fuego.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe se reunirán el lunes en El Cairo para abordar la crisis.
Egipto, mediador tradicional en los conflictos entre Israel y Hamas, se mantiene más al margen en esta crisis.
El Cairo afirmó el viernes haber desplegado esfuerzos para detener la violencia pero tuvo que hacer frente a la “tozudez” de ambas partes.
Ante el deterioro de la situación en Gaza, 34 asociaciones humanitarias internacionales llamaron a un alto el fuego y a respetar los derechos humanos en el enclave palestino.
Amnistía Internacional pidió a la ONU una investigación internacional independiente sobre las violaciones del derecho internacional por parte de ambos bandos.
