Tras la abdicación de su abuelo, Juan Carlos I, y la proclamación de su padre como nuevo monarca, dejó de ser “infanta” para convertirse en la Princesa de Asturias, a la que sus amigos tendrán ahora que llamar “alteza” y que tal vez reine en España un día.
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Con un vestido blanco decorado con puntillas y un lazo rosa, y cuidadosamente peinada con dos pequeñas trenzas, el miércoles había permanecido elegantemente sentada, con las manos sobre las rodillas, junto a su hermana Sofía, de 7 años, durante la ceremonia de firma de la abdicación por su abuelo, de 76 años.
“Las infantas Leonor y Sofía son personas que cada vez que aparecen en público se ganan el cariño de la gente, son dos niñas primero muy guapas y en segundo lugar, por lo que muestran, muy bien educadas”, afirma el biógrafo real José Apezarena.
Son “imágenes que vamos a ver repetidas a partir de ahora con más insistencia”, agrega, considerando que los encantos de la nueva heredera pueden ayudar a la familia real a ganarse el corazón de los españoles.
El nacimiento de Leonor, el 31 de octubre de 2005, y después el de su hermana Sofía ya habían convertido a Felipe y su esposa, la ahora reina Letizia, en una de las familias más entrañables de la realeza europea.
Entre las pocas imágenes de las pequeñas permitidas por la Casa Real, se las vio en julio de 2012 vestidas con camisetas de la selección española, y sus nombres escritos a la espalda, para recibir junto a sus padres y su abuelo a los flamantes campeones de la Copa de Europa de fútbol.
Hasta ahora la heredera “ha sido protegida para que no aparezca todos los días en la prensa, pero eso ha terminado”, dice Apezarena. Sus padres “seguirán intentando minimizar las consecuencias para su vida personal”, pero ser heredera “le va a cambiar la vida” y “le va quitar libertad”, asegura.
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La actual Constitución española antepone “el varón a la mujer” en el orden de sucesión al trono pero, en espera de una eventual reforma, los analistas estiman que Felipe y Letizia no tendrán más descendencia.
Inteligente, activa, tranquila
Leonor “es una niña muy inteligente, activa y muy tranquila que afronta con una enorme serenidad la presencia de las cámaras”, dice el biógrafo. “Es muy cuidadosa de su hermana, procura de verdad darle consejos y ayudarle”, agrega.
“Hace lo normal de sus compañeros, no tiene un plan especial: come en el colegio, va a clases de ballet, estudia inglés. Dicen que habla muy bien inglés”, explica.
Lo aprende con su abuela la reina Sofía, con su niñera británica y en Santa María de los Rosales, su elegante escuela privada al oeste de Madrid.
Leonor de Borbón Ortiz hereda todos los títulos de su padre: princesa de Asturias, de Viana, de Girona, señora de Balaguer, duquesa de Montblanc y condesa de Cervera.
Y debe recibir la misma preparación que él, con formación universitaria y militar cuando crezca. A los 18 años, deberá jurar lealtad al rey y a la Constitución.
“Me consta que iban explicándole desde ya algún tiempo quién es ella y quiénes son sus padres, quiénes son sus abuelos los reyes, y cuál es su papel en el país”, afirma Apezarena.
“Ella, poco a poco, iba escuchando eso, pero con todo es muy joven”, agrega.
Tras los muros del palacio o de la escuela, Leonor puede no oír el ruido de las protestas callejeras que reclaman un retorno a la república.
Pero por ahora no habrá cambio de modelo, ya que las dos grandes formaciones españolas, el gobernante Partido Popular y el opositor Partido Socialista, apoyan la monarquía.