La breve detención en Irán de jóvenes que bailaban “Happy”, un éxito del estadounidense Pharrell Williams, ilustra la contradicción entre parte de la juventud iraní y un régimen que afirma defenderse de la “guerra cultural” occidental.
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En abril pasado, un grupo de tres hombres y tres mujeres puso en internet su versión de “Happy”, como numerosos internautas de otras partes del mundo.
En el video se los ve bailar en un apartamento, en la calle y sobre varios tejados de Teherán. Las chicas no tienen velo en la cabeza, algo obligatorio en Irán.
La policía de Teherán ubicó a este grupo de jóvenes y anunció su detención el martes por haber “ofendido la castidad del pueblo”, antes de liberarlos bajo fianza.
En las redes sociales, muchos iraníes protestaron y algunos observadores se preguntaban si “ser feliz en Irán es un crimen”.
Por su parte, el propio Williams criticó estas detenciones, afirmando que “es más que triste que se haya arrestado a estos chicos por tratar de difundir la felicidad”.
El tema de las libertades públicas ha estado en el centro de los debates desde la elección a la presidencia en junio de 2013 de Hasan Rohani, en un país en el que las autoridades filtran internet y bloquean regularmente el acceso a redes sociales.
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Sin embargo, Irán, que cuenta con más de 30 millones de usuarios de internet, es uno de los países de Medio Oriente con mayor número de personas conectadas.
Además, más del 55% de la población (77 millones de habitantes) tiene menos de 30 años.
En marzo, el guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, advirtió que una posible “invasión” de valores culturales occidentales amenazaba a la República Islámica.
Por su parte, Rohani afirmó la semana pasada que internet tenía que ser “una oportunidad de facilitar las comunicaciones, mejorar la eficacia y crear empleos”.
Su cuenta Twitter, que se piensa pertenece a uno de sus asesores más cercanos, también envió un mensaje de apoyo a los jóvenes admiradores de Pharrell Williams.
“La felicidad es un derecho de nuestro pueblo. No tendríamos que ser demasiado severos ante conductas provocadas por la alegría”, indica esta cuenta, que retoma declaraciones de Rohani poco después de su elección a la presidencia.
En otras oportunidades, las autoridades han demostrado cierta indulgencia ante conductas que la República Islámica podría sancionar en otros casos.
Así, en junio de 2013, la policía no impidió que millones de iraníes invadieran las calles, bailaran y cantaran durante horas para festejar la clasificación de la selección para el Mundial de este año en Brasil.
En aquel entonces, Jamenei también había agradecido a la selección de fútbol por brindar “felicidad” a los iraníes.
Según un diplomático occidental radicado en Teherán que pidió permanecer en el anonimato, la breve detención de los jóvenes que bailaban en el video es un mensaje de comprensión para la juventud.
“El régimen muestra que es capaz de entender a la juventud que necesita mostrar alegría”, estimó. De ese modo, protege los valores de la República Islámica, sin ser un Estado policial, afirmó.