Según la agencia oficial Xinhua, el jueves a las 07H50 (miércoles a las 23H50 GMT) dos vehículos todoterreno se lanzaron contra la multitud en un mercado al aire libre mientras sus ocupantes lanzaban explosivos hacia la gente.
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Finalmente, uno de los vehículos estalló, indicó la agencia china, citando a un testigo según el cual se escucharon en total “una docena de explosiones”.
El primer balance de este “acto terrorista” de Xinhua es de 31 muertos y 94 heridos. La agencia no precisa si los atacantes están incluidos en ese balance.
El atentado se produjo en uno de los momentos de la jornada en que los mercados chinos de frutas, verduras y carnes son más frecuentados.
Fotos supuestamente tomadas en ese lugar —en el centro de la ciudad, cerca del Parque del Pueblo— y colgadas en la red social Weibo, el equivalente chino de Twitter, mostraban cadáveres en una calle de tres vías, llamas y una nube de humo que ascendía sobre los tenderetes de un mercado.
“Hubo varias explosiones poderosas en el mercado matutino ante el Palacio de la Cultura de Urmqi”, afirmó el autor de un mensaje Weibo, agregando que había visto la escena a menos de 100 metros de distancia.
El presidente chino Xi Jinping se comprometió a “castigar severamente a los terroristas”, según Xinhua.
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La Casa Blanca calificó de “atroz” el atentado “terrorista” de Urumqi. “Se trata de un acto de violencia abyecto y escandaloso contra civiles inocentes”, declaró Jay Carney, portavoz de la presidencia de Estados Unidos.
– Largas penas de prisión –
Este atentado tuvo lugar un día después del anuncio de que 39 personas detenidas en Xinjiang bajo la acusasión de haber difundido “videos terroristas” habían sido condenadas esta semana a penas de hasta 15 años de prisión.
Durante el último año aumentaron los actos de violencia en Xinjiang, atribuídos por Pekín a “terroristas” uigures, separatistas y fundamentalistas musulmanes. Las autoridades chinas fortalecieron considerablemente su política de seguridad.
Los uigures, musulmanes de lengua turca, constituyen la principal etnia de esta gran región semidesértica pero rica en recursos mineros.
Tras la llegada en las últimas décadas de millones de personas la etnia Han —chinos “de pura cepa”— a la región, los uigures afirman que son hostigados por las autoridades, que han sido olvidados por la bonanza económica y que son víctimas de una severa política represiva contra su religión y su cultura.
Un ataque con arma blanca y explosivos, ocurrido el pasado 30 de abril, en el último día de una visita del presidente chino Xi Jinping a la región, dejó un muerto y 79 heridos frente a la estación de Urumqi. Dos de los atacantes murieron haciendo estallar sus explosivos.
El año pasado, en la “Región autónoma uigur”, según su nombre oficial, se produjeron diversos incidentes que dejaron varias decenas de muertos.
En octubre, cuando hasta ese momento los actos de violencia se habían limitado a Xinjiang, un espectacular atentado suicida fue cometido en la Plaza Tiananmen de Pekín, símbolo del poder. Tres uigures procedentes de Xinjiang se lanzaron con su vehículo contra la Ciudad Prohibida, bajo el retrato de Mao Zedong.
La escalada se agravó a comienzos de marzo, con una matanza cometida con arma blanca por un comando de atacantes en la estación de Junming, en Yunán (sudoeste), que dejó 29 muertos y 143 heridos. Esta masacre fue adjudicada por Pekín a movimientos separatistas islamistas de Xinjiang.
Hasta la fecha, nunca se han registrado reivindicaciones de ataques en China.