La imagen de un niño sosteniendo un aviso de departamentos en una de las zonas más exclusivas de Sao Paulo, en Brasil, ha desatado polémica en redes sociales por mostrar la desigualdad social y el racismo.
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Captada por César Hernandes, la fotografía muestra la cruda realidad de los niños-anuncio que ganan unos 40 reales (18 dólares) al día por cargar entre 8 y 9 horas anuncioes como este por las calles de Sao Paulo. Desde que la ciudad limitó la publicidad callejera en 2012, las grandes constructoras han recurrido a este método ilegal de trabajo para promocionar sus viviendas.
Campañas como “Por el bien del hombre flecha” tratan de erradicar esta forma de empleo brindando capacitaciones y cursos de oficio para una mejor oportunidad de vida.