Los cadáveres, según señalan los propios comerciantes, pertenecerían a Aníbal Damián Maches y Héctor Sósimo Quispe Calizaya, quienes, junto a otros vendedores, pernoctaban desde hace varios días en la misma galería con el fin de evitar ser desalojados por los propietarios.
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El retiro de los cuerpos se hizo en medio de grandes medidas de seguridad, dado que en los exteriores del local, ubicado en la cuadra 7 del jirón Montevideo, se encontraban decenas de comerciantes que acusaban a “matones” enviados por los dueños de ser los responsables de las muertes. Los restos fueron llevados a la Morgue de Lima.
Previamente, la Policía retiró aproximadamente 10 cajas de botellas llenas de combustible que iban a ser usadas como explosivos caseros, conocidos como ‘molotov’. Los comerciantes señalan que dichas botellas no les pertenece y que, por el contrario, fueron sembradas para acusarlos de violentos.
La abogada de los comerciantes, identificada como Ada Tello Cruz, sostuvo que sus clientes tienen contrato de alquiler del local hasta fin de año y que, a pesar de eso, están al borde de un desalojo por parte de los propietarios.
Debido a este incidente, la Policía suspendió el tránsito peatonal y vehicular por la cuadra 7 de Montevideo y acordonó los exteriores de la galería, a fin de evitar un enfrentamiento entre comerciantes que alquilan los puestos y los representantes de los dueños.
Hasta este punto también llegó Sandro Soto, abogado de los propietarios, quien negó que los comerciantes tuvieran contrato para permanecer allí hasta fin de año. “Eso es mentira, estas personas son gente dedicada al tráfico de tierras. Los propietarios los han invitado a retirarse en varias oportunidades, pero ellos se han negado”.
Acusó a los comerciantes atrincherados de poseer bombas molotov caseras, que pretendían usar en contra de las personas que querían recuperar el local.