Después de más de 10 días de investigación sobre la desaparición del Boeing 777 con 239 personas a bordo, esta ausencia de llamadas o de correos electrónicos podría ser un indicio.
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Ante lo que se perfila como uno de los mayores misterios de la historia de la aeronáutica, esto podría indicar que el avión volaba alto, o por encima del agua, o que los pasajeros estuvieran inconscientes, debido por ejemplo a un despresurización de la cabina.
Según los expertos, cuanto más cerca hubieran estado de una red de telefonía terrestre, mayor hubiera ser la posibilidad de usar sus móviles u otros aparatos electrónicos.
No obstante, muchos son escépticos sobre la posibilidad de establecer contacto telefónico y de mantenerlo en vuelo y a gran velocidad, en particular a altitud de crucero.
Para establecer un contacto entre un teléfono móvil y una red (“handshake”), hace falta una señal lo suficientemente fuerte de ambas partes.
Para el consultante en telecomunicaciones Koh Chee Koon, esta conexión es “teóricamente” posible si el avión voló a una altura de entre 23.000 pies (7.000 metros) y 45.000 pies, tras haber perdido contacto con el control aéreo, como lo indican informaciones no confirmadas.
Pero dada la potencia limitada de los móviles ordinarios, y el obstáculo que supone el habitáculo del avión, “hace falta tener suerte” para lograr una conexión de calidad aceptable.
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Los aviones usados en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos volaban a una altura relativamente reducida, por debajo de una zona cubierta por redes de telefonía móvil.
La mayoría de las llamadas se habrían realizado además desde los teléfonos a bordo y no desde los móviles.
Algunas compañías aéreas permitieron recientemente el uso de teléfono móviles en vuelo, gracias a la instalación de una red dentro del aparato. Pero este servicio no estaba disponible en el vuelo MH370, según Malaysia Airlines.
– Análisis de datos telefónicos –
Sin este sistema, un teléfono móvil no se puede usar por encima de unos 500 metros de altura en un avión de línea y no debe estar muy lejos de una torre, según A. K. Dewdney, profesor de informática en la universidad de Ontario occidental en Canadá.
“Ningún teléfono móvil podría conseguir (conectarse) a un avión en medio del océano, incluso a baja altitud”, asegura.
En todos los casos, “una altitud de crucero normal, ningún teléfono móvil podría entrar en contacto con la tierra firme”, insistió Dewdney, quien lleva a cabo investigaciones sobre este tema después del 11S.
El presidente de Malaysia Airlines, Ahmad Jauhari Yahya, explicó el lunes que no había pruebas de que ningún pasajero hubiera tratado de llamar, pero indicó que quedan por analizar “millones” de datos telefónicos.
Los medios chinos explicaron que familiares de los pasajeros habían tratado de contactarlos tras la desaparición del avión y que los teléfonos habían sonado.
Pero los expertos señalan que no significa que los móviles funcionaran.
Aunque nadie intentara llamar desde el avión, el análisis de las tentativas de contacto entre una red y teléfonos a bordo, que algunos pasajeros podrían haber dejado encendido, podría dar indicios sobre la trayectoria del avión después de su desaparición.
Pero para rastrear estos “handshakes”, los investigadores se enfrentan a la dificultad de conocer cada número de identificación de los teléfonos de pasajeros, así como de los datos de operadores en los países que podrían haber sobrevolado, algunos de los cuales, como Birmania, todavía disponen de redes embrionarias.
Después de haber dado media vuelta en torno a una hora después de despegar de Kuala Lumpur y haber atravesado Malasia, el Boeing probablemente sobrevoló una zona cubierta por alguna red.
Pero luego, las posibilidades de “handshakes” dependen de la altitud del avión y de su proximidad con las torres sobrevoladas.
“La policía rastrea siempre los teléfonos móviles a partir de la última llamada realizada”, anotó Ken Dulaney, analista del gabinete de investigación Gartner. Pero solo es posible si están cerca de una red.