El pequeño “hombre mono” sudafricano Little Foot, el fósil de australopiteco más completo jamás descubierto, está de regreso en la carrera por el título de antepasado del primer hombre, anunciaron este viernes científicos franceses y sudafricanos.
PUBLICIDAD
Tras trece años de intensas investigaciones, los científicos aseguran haber establecido que este proto-humano velludo, de apenas más de un metro de altura, vivió efectivamente hace tres millones de años, aproximadamente al mismo tiempo que Lucy, su famosa prima etíope, descubierta en 1974.
Eso quiere decir que Little Foot es casi un millón de años más viejo de lo que pensó un equipo de arqueólogos competidores (2,2 millones de años). Al igual que Lucy y los australopitecos de África oriental, podría ser uno de los antepasados de los primeros seres humanos, Homo habilis.
“El Homo habilis aparece hace aproximadamente 2,5 millones de años. Si Little Foot tiene 2,2 millones de años, de ninguna manera podría ser nuestro antepasado, ya que Homo habilis ya existía en aquella época”, explicó a la prensa Laurent Bruxelles, especialista en rocas y paisajes.
“Hasta el día de hoy, algunos decían: ‘Sudáfrica es demasiado joven como para haber sido la cuna de los primeros hombres. Tras una datación de 3 millones de años, Little Foot y Sudáfrica vuelven a estar en carrera”, resume el científico y principal autor del estudio, que publica este viernes la revista Journal of Human Evolution.
Ágil en en la tierra y en los árboles, Little Foot sufrió sin embargo una caída mortal desde unos 20 metros de altura hasta el fondo de una gruta en Sterkfontein, cerca de Johanesburgo. Una zona repleta de grutas y fósiles proto-humanos —unos mil ya han sido exhumados— inscripta en el patrimonio mundial de la Unesco como “Cuna de la humanidad”.
El australopiteco permaneció en ese lugar durante unos tres millones de años, conservado por una capa de mineral calcáreo, inmovilizado en su pose mortuaria con un largo pulgar aún plegado dentro del puño cerrado.
PUBLICIDAD
Hasta que en 1994, el paleontólogo sudafricano Ron Clarke descubrió cuatro huesesillos de su pie izquierdo en una caja llena de huesos de animales prehistóricos, exhumados por mineros entre los escombros.
El científico reconoce de inmediato al pie de un homínido pero deberá esperar otros tres años antes de hallar un nuevo indicio en otra casa de osamentas: el pie derecho de Little Foot, y un pedazo de tibia.
Con taladro de dentista
Seguro de que se trata de un fósil de gran valor científico, el paleontólogo envía un equipo a la gruta de Sterkfontein que completa el rompecabezas al descubrir el otro pedazo de tibia que sobresale entre las rocas.
Al término de trece años de excavaciones minuciosas “con taladro de dentista” señala Laurent Bruxelles, se logra liberar la totalidad del fósil de su sarcófago rocoso. Cráneo, dientes con esmalte y huesos de la mano: un esqueleto “único, casi completo y perfectamente preservado”.
El problema es que establecer la edad de Lucy y sus congéneres de África oriental es fácil gracias a las cenizas volcánicas que los rodean, pero la gruta de Sterkfontein es un rompecabezas geológico.
Desmoronamientos sucedieron a inundaciones, sin mencionar la dinamita utilizada en las canteras vecinas a principios del siglo XX.
En 1997, Ron Clarke se basa en criterios anatómicos para fechar a Little Foot en unos 3 millones de años, y una datación posterior basasa en las variaciones del campo magnético establece 3,3 millones de años.
En 2006, un análisis químico de los estratos calcáreos que rodean al australopiteco lo rejuvenecen radicalmente: tiene sólo entre 1,5 y 2,2 millones de años.
Fue en esa época que Ron Clarke recurre al peritaje de Laurent Bruxelles en materia de geo-arqueología. Durante siete años, explorará la gruta y su laberinto de galerías, gracias a un modelo en 3D, para finalmente reconstituir su “complicada historia” y comprender su evolución.