Megan Rice, una monja de 84 años y que irrumpió en lo que se suponía que era una de las instalaciones nucleares más cuidadosamente vigiladas en Estados Unidos, fue sentenciada a casi tres años de prisión el martes, informaron medios locales.
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Según las autoridades, Rice había atravesado las cercas y varias franjas de seguridad en el complejo Y-12 de Seguridad Nacional, en Tennessee, junto con otros dos miembros de Transform Now Plowshares un grupo pacifista en julio de 2012.
El grupo invasor pasó dos horas en el complejo antes de ser capturado por los guardias de seguridad.
Antes de ser detenidos, izaron banderas contra programas nucleares, pintaron mensajes con leyendas como “trabaje por la paz y no la guerra”, y lanzaron sangre humana contra un edificio utilizado para almacenar y procesar el uranio altamente enriquecido destinado a fabricar bombas nucleares.
El incidente dio lugar a una revisión del Congreso sobre la seguridad en las instalaciones nucleares de Estados Unidos.
Rice, que ha estado detenida en la cárcel desde su condena el año pasado, instó al juez a que le impusiera la pena máxima por sus crímenes en una audiencia de cuatro horas.
“Por favor, no tenga clemencia conmigo”, dijo Rice según fue citada por el periódico Tennessean. “Permanecer en la cárcel por el resto de mi vida sería el honor más grande que usted podría darme”, señaló.
El juez federal Amul Thapar dijo que luchó por encontrar la condena correcta para equilibrar las buenas obras pasadas de Rice con la necesidad de disuadir a otros de violar la ley con fines políticos.