“Hay demasiadas fallas en el sistema. Y cuando la decisión finales la muerte, hay demasiado en juego para aceptar un sistema imperfecto”, declaró el demócrata Jay Inslee, quien gobierna el estado de Washington desde hace un año.
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“La igualdad ante la ley es la primera responsabilidad del Estado. Y en los casos de pena capital no estoy convencido de que se haga justicia”, agregó en un comunicado. “La pena de muerte es empleada de manera desigual en este estado y depende a veces del condado en que el crimen se cometió”, señaló.
La moratoria implica que mientras Inslee esté en funciones se suspenderá la aplicación de la pena de muerte, sin que ello suponga que la condena sea conmutada o que se conceda la gracia a quienes ya están en el corredor de la muerte, precisó el comunicado.
Nueve condenados a muerte están hoy detenidos en la penitenciaría de Walla Walla, donde la última ejecución tuvo lugar en septiembre de 2010. Desde que se restableció la pena de muerte en Estados Unidos, en 1976, cinco personas fueron ejecutadas en Washington.
“No cuestiono su culpabilidad, ni la gravedad de sus crímenes. De mí no obtendrán clemencia, pero no creo que sus horribles asesinatos sobrepasen los problemas que existen en nuestro sistema de castigo capital”, señaló Inslee.
Desde que el estado se dotó de una nueva legislación, en 1981, 32 hombres han sido sentenciados a muerte, 18 de los cuales vieron su condena conmutada por cadena perpetua y uno fue declarado inocente, agregó el gobernador en el comunicado.
Hasta ahora, 18 estados estadounidenses y la capital, Washington, han abolido la pena de muerte, y otros siete decretaron una moratoria de las ejecuciones.