El primer ministro japonés Shinzo Abe defendió el sábado la caza de delfines pidiendo al mundo que comprenda que esta controvertida tradición forma parte de la cultura de su país y ayuda económicamente a las comunidades pesqueras.
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La cacería anual de la aldea de Taiji (oeste) provocó reacciones indignadas, sobre todo de la embajadora de Estados Unidos en Japón, Caroline Kennedy, quien denunció en un mensaje en su cuenta Twitter “la falta de humanidad” de esta práctica.
Sin embargo, Abe defendió esta tradición japonesa.
“La caza de delfines que tiene lugar en la localidad de Taiji es una antigua práctica arraigada en su cultura (…) que le permite subsistir”, dijo a CNN durante una entrevista colgada en el sitio en japonés de este canal de información norteamericano.
Los cazadores de este pequeño puerto atraen a los delfines a una bahía y matan a algunos de ellos para vender su carne. Los otros son vendidos a parques acuáticos.
“A pesar de la campaña de sensibilización en el mundo y en la prensa, Taiji continúa masacrando a los delfines, unos 30 esta mañana”, había indicado el jueves a la AFP Melissa Sehgal, “jefa de los guardianes de la bahía” de Taiji de Sea Sepherd, una organización ecologista con sede en Estados Unidos.
Según ella, “en Taiji mataron a más de 600 delfines de los 1.200 que fueron atrapados en la bahía desde el 1 de septiembre”, agregó.