El diseñador Sam Matson ha creado un accesorio que sería la pesadilla del gamer más voluble. Se trata de Inmmersion, una especie de auriculares inalámbricos con dos pulsómetros ópticos que calculan el ritmo cardíaco del jugador para determinar la dificultad del juego.
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Cuando el ritmo de los latidos aumente por la frustración de no superar un nivel, el gadget hará el juego más difícil para que el jugador se calme y vuelva a mejorar su rendimiento en calma. La recompensa por modular el estrés sería una puntuación mayor a la regular.
El Inmmersion fue desarrollado para las plataformas Unity y Xbox modificada. El dispositivo, que aún no está a la venta, ayudaría a los menores de edad a dominar sus arranques de irritabilidad.