Los fuegos pirotécnicos y la quema de muñecos por fin de año son tradiciones muy arraigadas en nuestra sociedad. Sin embargo, también tienen un costo medioambiental muy alto, a decir de los expertos. Ello debido a los niveles de gases y partículas que desprenden en el medio ambiente.
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En nuestras mediciones, hemos visto que en Lima los valores promedios de contaminación por estas fechas aumentan entre un 60 y 70% por los productos pirotécnicos y la quema de muñecos , advierte Eric Concepción, especialista en gestión y de la calidad ambiental del aire del Ministerio del Ambiente.
Los fuegos artificiales y el humo de la quema de muñecos liberan a la atmósfera gases contaminantes como el monóxido de carbono y partículas muy finas que pueden tardar entre dos a tres días en disiparse. Si bien estos efectos no son permanentes, ya que son episodios de contaminación por una causa determinada, lo cierto es que nos salimos de los valores normales de polución en el ambiente, acota el experto.
Incluso, la presencia de estos elementos en el aire puede alterar el clima.
Concepción recuerda que, dos años atrás, las partículas de los pirotécnicos, en contacto con las nubes, provocaron una inusual garúa en la capital. La contaminación fue bastante fuerte, señala Concepción.
Pero el experto también advierte de los efectos nocivos para la salud de los gases y las partículas contaminantes. Estas partículas pueden ser inhaladas por los niños y los adultos y causarles problemas respiratorios, indica.
En definitiva, comenta el especialista del Minam, el uso de estos artefactos y la quema de muñecos no conduce a nada bueno.