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¿Los metropolitans peruanos tienen sus propias particularidades? Los estudios realizados en este grupo sugieren que, en general, son muy pragmáticos, con una marcada orientación al logro, entendido como el desarrollo personal. En esta búsqueda de una trayectoria propia presentan una cara idealista -concretar su proyecto personal-, pero su pragmatismo los hace ser flexibles ante ese proyecto, por lo que pueden hacer concesiones, por ejemplo, en su desarrollo profesional.
Son personas que creen mucho en sus propias posibilidades… Eso responde a que tienen un gran interés por la construcción de una narrativa personal, por escribir su propia biografía. Confían mucho en sí mismos, están convencidos que ellos mismos hacen su propio destino, no el gobierno, no su familia, no las condiciones en las que han nacido. Creen mucho en la movilidad social a partir del esfuerzo personal, que con el estudio y el trabajo pueden mover las variables personales con las que han nacido. Se sienten muy empoderados para decidir sobre sus vidas, ellos llevan el timón de su propio destino.
¿Y no sienten que el país a veces les juega en contra para realizar sus proyectos personales? Sí saben, por la historia reciente del país, que la política juega un papel importante, que puede irrumpir en el escenario y desbaratar sus planes de vida. Por eso les interesan los asuntos políticos, pero no participar en la política. Se movilizan por causas grandes, cuando sienten que la política puede incidir en esa trayectoria de vida que están tratando de conseguir, cuando ven una amenaza que puede modificar su destino en un rumbo que no quieren.
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¿Tenemos ejemplos recientes de esa actitud? Podemos tomar el proceso de revocatoria de este año en Lima. Todo indicaba que la alcaldesa iba a ser revocada y se manifestó un movimiento que cambió ese orden, que se canalizó a través del fenómeno de los ‘memes’. Entraron a jugar factores más allá de la política, que tenían que ver con la ética, con la moral, con esa percepción de que todo el orden político está podrido. Empezaron entonces a aparecer esos ‘memes’ en redes, que en el fondo llevaban el mensaje de devolverle la decencia a la política. No se trataba de defender la gestión de Villarán, sino la institucionalidad. Los metropolitans optaron por defender el sistema político, le dieron un voto de confianza a la institucionalidad. Por eso revocaron a los concejales de la alcaldesa, pero a ella la mantuvieron en el cargo.
La tecnología es parte fundamental de sus vidas… Tiene que ver con lo que decía, la construcción de una narrativa personal. Las tecnologías interactivas les permiten actualizar permanentemente sus estados de vida, escribir sus biografías. Es algo que va más allá del entorno digital y que les permite participar, compartir, ser parte de campañas sociales, no necesariamente políticas, pero sí de voluntariado por diferentes causas. Wikipedia responde a esa lógica de construcción colaborativa de una generación inquieta que participa, replica, agrega contenidos para que las cosas marchen. Saben que participan de una especie de inteligencia colectiva.
Y en todo este contexto, ¿en qué lugar quedan las relaciones amorosas? Digamos que la experiencia del amor está subordinada a la trayectoria personal. Hay una valoración de la familia en la medida en que esta institución esté inscrita a esa trayectoria y se privilegia la relación de pareja, si es que la pareja está alineada con la trayectoria de vida que se está prefigurando. Estamos muy lejos del amor libre de los años sesenta y setenta (el impacto de enfermedades como el Sida ha tenido que ver), y en el logro personal se valora tener una pareja.