Fanático de los discursos de Franklin D. Roossevelt y Bob Marley, casado con una poeta y activista negra y ferviente defensor de la igualdad y los derechos de los inmigrantes, el hoy electo alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, parece encarnar lo que en su campaña denominó como la “opción progresista”. Luego de 12 años de mandato de Michael Bloomberg, De Blasio lo sucederá a partir del 31 de diciembre.
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“Hoy han hablado fuerte y claro por una nueva dirección para Nueva York”, declaró De Blasio quién agregó que el trabajo “acaba de empezar”.
Lo han calificado como un político con ideologías de la izquierda latinoamericana, por sus políticas liberales. Y esto es debe a que el político de 52 años enfocó su campaña en la desigualdad económica y la falta de oportunidades.
De Blasio prometió dar voz al 46% de la población de clase baja, así como a los 50 000 que residen en refugios temporales y a los millones que viven en los márgenes de la ciudad, consideradas las zonas más pobres.
Pero lo que más resaltó en su campaña fue su apoyo a la inmigración, un tema muy sensible en Estados Unidos, ya que ha dividido a la política norteamericana. Y es lógico esta inclinación, los abuelos de De Blasio emigraron desde el sur de Italia a Nueva York y su padre era de ascendencia alemana.
Y así como ellos, miles de extranjeros han buscado una mejor calidad de vida mudándose a Estados Unidos. Hoy en día la comunidad latina alcanza el 30% de los 9,2 millones de habitantes de la ciudad.
Frente a esto el político de 52 años les hizo una serie de propuestas: entregar un documento de identidad municipal para que puedan abrir cuentas bancarias, firmar contratos de alquiler, otorgar licencias de conducir, limitar las detenciones por delitos migratorios menores y mejorar los programas educativos para las inmigrantes que no hablan inglés.
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Pero este apoyo forma parte de un mensaje más global, la “lucha contra la desigualdad”. “A unos pocos le va tan bien, mientras que otros se quedan atrás”, afirmó en su último discurso.
Los doce años de Bloomberg han producido un desarrollo económico y urbanístico evidente, y esos cambios y la baja criminalidad (en 2013 se batirá el récord de 2012 de años menos homicidios) han generado cifras sin precedentes de turistas y de ingresos.
Sin embargo, las empresas de construcción se centran en construir proyectos de viviendas de lujo, que son los que generan más beneficios, y hay más apartamentos de precios millonarios que nunca.