El descenso de la natalidad en Japón, la tercera economía más grande del mundo, pone en riesgo el futuro del negocio internacional, debido a la falta de mano de obra joven que sostenga el desarrollo empresarial.
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La dificultad de incrementar el PBI nipón se debe a que la mitad de los jóvenes no están casados. El 49% de las mujeres solteras y el 61% de los hombres solteros entre 18 y 34 años no tienen una relación estable, mientras que el 30% de esa población no ha tenido sexo todavía. Incluso, el 45% de mujeres y el 25% de hombres entre 16 y 24 años dicen no estar interesados en el sexo.
La disminución del número de habitantes hace que la deuda externa de Japón pueda ser impagable en unos años, cuando el PBI no pueda seguir aumentando debido a la falta de población económicamente activa.
El efecto negativo para la economía mundial se debe a que Estados Unidos “es un importante exportador e importador de Japón, y la economía estadounidense será particularmente susceptible”, según Max Fisher, experto en asuntos internacionales. Ante esta situación, la economía China viene sufriendo un descenso económico que puede afectar a países como Brasil, Corea del Sur, Chile, Indonesia, entre otros.