El mundo está envejeciendo paulatinamente. Para el año 2050 habrá más personas adultas mayores que niños, niñas y adolescentes menores de 15 años.
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Sin embargo, la longevidad no es en sí un problema, sino el hecho de que el Estado, la comunidad, las familias y las propias personas no se están preparando para un envejecimiento saludable y activo a nivel social y económico.
La salud mental de los adultos mayores forma parte de esta preparación. En el mundo, al menos uno de cada cuatro de ellos experimenta algún tipo de desorden, como depresión, ansiedad o demencia.
Debido al rápido envejecimiento de la población, se calcula que el número de personas mayores con desórdenes mentales se duplicará para el 2030, informa la doctora María Edith Baca, consultora en Salud Mental de la Organización Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/ OMS) en Perú.
El 7% de la población peruana está conformada por adultos de 60 años a más. Hay aproximadamente 2 millones de adultos mayores y se proyecta que para el 2020, esta población esté alrededor de los 4 millones. ‘No obstante, son socialmente invisibles’, indica la experta.
Si bien en estos años el gobierno ha dado pasos importantes de inclusión social a través del Programa Pensión 65, poco o nada se ha hecho con la salud mental de esta población. Como se sabe, en esta etapa de la vida, los trastornos mentales más frecuentes son la depresión y la demencia.
El más reciente Estudio Epidemiológico Metropolitano de Salud Mental en Lima y Callao, elaborado por el Instituto especializado de Salud Mental Honorio Delgado Hideyo Noguchi, arrojó una prevalencia actual de depresión mayor de 9,8%, con predominio del sexo femenino y en las personas por encima de los 75 años.
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Situación similar se presenta en la sierra y selva de nuestro país. Según la OPS/OMS, los problemas mentales también pueden incluir aislamiento, desordenes afectivos y de ansiedad, así como psicosis, entre otros.
Por otro lado, advierte que hay desórdenes físicos e intervenciones quirúrgicas que pueden generar problemas para dormir y comer, así como desórdenes de comportamiento, deterioro cognitivo o estados de confusión y angustia.
A propósito del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemoró ayer, la OMS/ OPS hace un llamado a los gobiernos a visibilizar a la población excluida de la salud en general, y más aún de la salud mental.
En ese sentido, recomienda atender a los adultos mayores desde una perspectiva integral, en la medida que en esta etapa confluyen factores biológicos, psíquicos y sociales. ‘El envejecimiento es un proceso innato al ser humano’, agrega Baca. ‘Los estados, las familias, la comunidad y los mismos adultos mayores deben prepararse para afrontarlo, a través de un conjunto de respuestas sociales que reviertan la situación de exclusión que atraviesan.
Las políticas públicas y las familias deben procurar asegurarles una vida activa, donde el cuidado, el afecto y la inclusión sean la norma’. Más información en: www. paho.org/per/.