Roxana Miranda: “Yo soy el Chile real”

Por: José Barreto

Roxana Miranda (46) es costurera,* dirigenta social y, desde enero de este año, candidata presidencial en Chile.* Su candidatura es sui generis, pues nunca antes en este país alguien sin estudios superiores había postulado a La Moneda. Esto ha generado extrañeza en la casta política tradicional, pues la candidata ya ha sido la piedra en el zapato de varios gobiernos. Desde hace diez años, Miranda lidera la Asociación de Deudores Hipotecarios (Andha) de Chile, que lucha contra los altos intereses que brindan los bancos a las familias humildes que optan por una vivienda.

¿Qué la impulsó a lanzarse a la presidencia? Es la primera vez en la historia de Chile que una pobladora, una dirigente social, es candidata a La Moneda. Yo soy producto de la indignación de varias organizaciones sociales de lucha poblacional, estafadas por el crédito hipotecario de viviendas sociales. Hasta ahora, hemos sido traicionados por los gobernantes, quienes no han sido verdaderos representantes del pueblo. Por eso, decidimos lanzar una candidatura desde abajo, donde se sueña con un Chile diferente.

Tiene más de 10 años como dirigenta de Andha Chile, ¿cómo cree que este cargo le ha ayudado a comprender al país? Lo más valioso es la experiencia de lucha que me da. Si no nos hubiéramos organizado, miles de familias hubieran perdido su vivienda por no poder pagarla, y no porque no quisieran, sino porque las tasas de intereses eran extremadamente altas. Así logramos ser un dolor de cabeza para los gobiernos de Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet (2006- 2010).

A muchos políticos tradicionales les llama la atención su oficio de costurera. ¿Ha resultado ser un problema? Ser costurera me viene de familia. Mi padre fue obrero y sí, soy bastante humilde. Pero ¿acaso se necesita ir a la universidad y ser ingeniero para comprender cómo se maneja un país? Yo no represento al pueblo. Yo soy el pueblo. Soy el Chile real. Soy el Chile que está debajo de la mesa y del que solo se ocupan los políticos en las coyunturas electorales.

¿Se ha sentido discriminada por no tener estudios y ser costurera? Demasiado. Me han llovido muchísimas críticas, muchos calificativos, pero ¿sabes qué?, todo lo que me ha tocado vivir desde niña son las mejores espadas que tengo hoy para defenderme de ese sistema que nos hace creer que somos de una clase inferior. Mi candidatura ha servido para remecer las conciencias de todos los chilenos sobre sus problemas.

Y a su criterio, ¿cuál es el mayor problema que tiene Chile? El principal es que se han privatizado los principales derechos, como la salud y la educación. Además, cada día se depredan los recursos naturales indiscriminadamente. Por eso, desde abajo, se está pidiendo un cambio radical, una Asamblea Constituyente para cambiar todo. Esa es una de nuestras propuestas, de las que paradójicamente se están colgando algunos políticos tradicionales…

Se refiere a Bachelet… Así es, pero la Asamblea que ella hará será a puertas cerradas, sin tomar en cuenta el real sentir del pueblo. No será aquella que soñamos nosotros, donde la gente dibuje su Constitución hasta con faltas ortográficas.

¿Qué opinión le merece Bachelet? Es el comodín perfecto. Es una derechista disfrazada de izquierda.

¿Y la candidata Evelyn Matthei de la Unión Demócrata Independiente? Su nombre salió a última hora desde la derecha. El escenario está cuadrado para implantar nuevamente a Bachelet en el gobierno.

De llegar a la presidencia, ¿cuál sería su primera acción? Llamar a la Asamblea Constituyente y, en segundo lugar, retirar a las fuerzas policiales de las zonas mapuches.

¿Cómo se imagina a Chile? Sueño con una patria grande. Las riquezas que tienen Chile, Brasil o Argentina, por ejemplo. Entonces, ¿por qué no hacer una sola nación y beneficiarnos todos? Hoy, debido a nuestros antiguos presidentes, estamos considerados como el mal vecino de la región y queremos dejar de serlo.

¿Y qué hay de las relaciones con el Perú? Serían las mejores. Nos molesta que haya muchos hermanos peruanos en condiciones pésimas. Del Perú no nos separaría ni el tema de La Haya.