Tras pasar dos décadas en el corredor de la muerte, Harry Mitts fue declarado muerto por inyección letal a las 10H39 (14H39 GMT) en Lucasville, Ohio, dijo un portavoz de la prisión.
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El estado del centroeste de Estados Unidos empleó su última dosis del sedativo pentobarbital para ejecutar a Mitts, de 61 años. Ohio podría anunciar un nuevo método de ejecución el mes próximo.
Durante el tiroteo de agosto de 1994, Mitts profirió gritos racistas y mató a John Bryant, el novio negro de una vecina, y luego ultimó al oficial de policía Dennis Glivar, quien respondió a los disparos contra Bryant.
Mitts agotó todos los recursos posibles hasta la Corte Suprema de Estados Unidos, que confirmó la pena de muerte en 2011.
La ejecución fue la número 26 este año en Estados Unidos y la tercera en Ohio.