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La noche del sábado 12 de setiembre de 1992 todos los peruanos recibieron la noticia de que el líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, había sido capturado.
El apodado “Cachetón”, por los agentes de inteligencia, fue hallado en la casa de Maritza Garrido Lecca, bailarida y militante senderista; ahí también se encontraría Elena Iparraguirre Revoredo, camarada ‘Miriam’; Laura Zambrano Padilla, ‘Meche’; y otros cuatro integrantes de la agrupación senderista.
La casa de Garrido Lecca, el ‘Castillo’, fue puesta en vigilancia a pesar de la negativa inicial de Jiménez al no creer que el líder senderista se podría hallar en un lugar así.
Sin embargo, los agentes José Gil Becerra y Guillermo Bonilla Arévalo insistieron en que se retomara la vigilancia al ‘Castillo’. Incluso se asignó al teniente Tiburcio ‘Calcio’ a que realice una observación fija del punto, sin interrupción.
Esa mañana la voz del ‘Ingeniero’, el agente Luis Valencia, sonaba por la radio: “¡Físico, Positivo!, aquí está el ‘Cachetón’!”, aseguraba. El exagente del GEIN, Benedicto Jiménez, apodado ‘Físico’, narraría luego que en un inicio no podía creerlo pero que luego la oficina se llenó de júbilo y celebración.
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La impecable operación de inteligencia estuvo liderada por el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), encabezada por el Coronel PNP ® Benedicto Jiménez Bacca y el General PNP ® Marco Miyashiro. Ellos habían realizado un seguimiento paciente y continuo que al final culminó en la captura del cabecilla de la agrupación.
Han pasado 21 años desde aquel histórico momento y el legado de muerte que Sendero Luminoso dejó marcaría a toda una generación de peruanos, testigos de la violencia de la época.