Pruebas de ADN realizadas en tres cabellos deberían absolver al prisionero estadounidense Hank Skinner, actualmente condenado a muerte por un triple crimen que niega haber cometido, afirmaron sus abogados este jueves.
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Henry “Hank” Skinner, de 51 años, 20 de ellos pasados en el corredor de la muerte en Texas (estado que prevé cumplir su ejecución número 500 el miércoles próximo) está detenido por los asesinatos, el 31 de diciembre de 1993, de Twila Busby, su compañera de entonces, y de sus dos hijos.
Luego de una encarnizada batalla del condenado para probar su inocencia con tests de ADN, cuatro cabellos encontrados en la mano de la joven mujer fueron sometidos a profundos análisis genéticos.
A la luz de los resultados publicados este jueves por un laboratorio privado de Virginia (este), “las dudas sobre la culpabilidad de Skinner son demasiado importantes como para dejar que sea ejecutado”, estimaron los abogados Robert Owen y Douglas Robinson.
Las pruebas muestran que, en tres de los cuatro cabellos, existe un lazo de vía materna con cada una de las tres víctimas. Muestran así “la implicación de Robert Donnell”, el tío materno de Twila Busby, también ligado por lazos de sangre materna con las otras dos víctimas, explican los dos defensores.
La implicación de Robert Donnell, ya fallecido, es corroborada por el hecho de que había sido visto “acosando a Twila Busby, con actitudes sexuales brutales durante una fiesta de Año Nuevo, menos de una hora antes de que la mujer fuera asesinada”, agregan los abogados, en un documento oficial presentado al tribunal del condado de Gray (Texas, centro-sur).
Por el contrario, el cuarto cabello analizado pertenece a Hank Skinner, pero sus abogados sostienen que el prisionero vivía en esa casa y que incluso la acusación había reconocido que sus cabellos podían perfectamente estar en el suelo, donde fue encontrado el cuerpo de la mujer.
Skinner, que se salvó dos veces en el último minuto de ser ejecutado, nunca negó que estuviera presente en la escena del crimen, pero afirma que entonces había bebido un cóctel de medicamentos y vodka que lo incapacitaba para matar a nadie.