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Reciclando papel: tres historias de éxito

jlfp53cb4bbgnekh53ackw7pdq.jpg publimetro.pe (HEINER APARICIO/PERU21)

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En el condominio Erick Ylave es un ingeniero ambiental que aprendió bien la lección. Hace cinco años, decidió replicar en su condominio, en San Miguel, la campaña de reciclaje de la planta de Kimberly-Clark Perú, empresa donde trabaja como jefe de procesos de la línea de productos Family Care.

‘En nuestra planta tenemos una campaña muy intensa de reciclaje de papel para ayudar a la ONG Fundades. Como parte de esa campaña, nos entregaron contenedores de cartón armables. Se me ocurrió llevar un par al condominio donde vivo, en San Miguel. Hablé con la presidenta y me autorizó a colocarlo’, cuenta Ylave.

Comenzó entonces una campaña de sensibilización con los vecinos de su edificio. ‘En un par de días, se llenaron mis tachitos de cartón’, dice orgulloso.

La iniciativa cobró fuerza de inmediato y el condominio pasó a disponer de un par de tachos más grandes, facilitados por Fundades.

Pese al gran entusiasmo, Ylave reconoce que, al principio, fue necesario capacitar bien al vecindario sobre la forma de reciclar adecuadamente.

‘No fue fácil porque la gente no lo hacía bien. A veces, mezclaba el papel con los plásticos. Hubo que enseñarles. Recuerdo que con mis amigos teníamos que estar ‘vigilando’ qué tipo de materiales ponía la gente en el contenedor’, dice.

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Poco a poco, los vecinos fueron adquiriendo las pautas correctas y, con el paso del tiempo, el condominio fue mimetizando tan bien la práctica del reciclaje que ahora ya no solo separan papel. También se han colocado contenedores para depositar vidrio y plástico que los vecinos reciclan en sus casas.

En la universidad Hace tres años, un grupo de estudiantes de la Universidad del Pacífico (UP) impulsó un concurso de reciclaje de papel y cartón entre sus compañeros universitarios. ¿El objetivo? Incentivar el respeto por el medio ambiente y con ello obtener becas escolares para niños de la ONG Fundades.

En solo un año, el grupo llamado Acción Sostenible logró sumar a chicos de otras universidades como la San Ignacio de Loyola y San Martín de Porres.

‘En cada universidad, se forman equipos de unas cuatro personas. Ellos se encargan de acopiar papel y cartón. Gana el grupo que recicla más’, explica Edith Manrique, egresada de la carrera de Ingeniería Industrial de la UP.

En su última edición, en julio pasado, los tres primeros puestos recayeron en alumnos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

‘Los premios fueron todos gastronómicos. Los primeros se llevaron un bono de comida gratis en un restaurante; los segundos, unos piqueos; y los terceros, una canasta de dulces’, dice Sabrina Baldassari, coordinadora del concurso en la San Marcos. En total, los grupos participantes lograron reunir más de 2 mil kilos de papel y cartón.

Ahora, grupos como el colectivo Círculo Verde de la Universidad San Marcos desean ampliar esta iniciativa a otros materiales. ‘Nos gustaría reciclar pilas y plástico’, dice Baldassari.

En el barrio Con solo 11 años, la pequeña Belén de los Heros quiso promover una campaña de reciclaje en su distrito, Miraflores, para ayudar a la ONG Aldeas Infantiles.

‘Yo estaba en quinto grado en el colegio Roosevelt. Al finalizar el año escolar, nos pidieron hacer un proyecto en grupo. Se me ocurrió hacer algo con el reciclaje y que tuviera un beneficio adicional. Contactamos con Aldeas Infantiles y decidimos hacer nuestro proyecto para ayudarlos’, nos cuenta Belén, hoy de 15 años.

Tras presentar su iniciativa con otros dos compañeros del colegio, Belén decidió liderar en solitario la puesta en marcha de su proyecto.

‘En realidad, solo debíamos hacer un plan para ayudar a Aldeas Infantiles y lo que hice fue convertir ese proyecto en realidad’, dice.

Comenzó construyendo un recipiente para poder acumular el papel. Lo colocó frente al parque de su casa, el Melitón Porras.

‘El recipiente parecía una enorme jaula azul con rejas. ¡Yo me podía meter dentro!’, dice.

Le siguió el reparto de volantes y correos a sus vecinos, así como pequeños discursos sobre la importancia del reciclaje. ‘Al principio, la gente dudaba de mí. Veían a una niña chiquitita hablar sobre el medio ambiente. Incluso, una profesora me dijo que mi proyecto no iba a funcionar’, señala.

Cuatro años después, la campaña es un referente en su comunidad. ‘La gente recicla un montón. Desde que empezamos, tenemos ya 86 toneladas de papeles reciclados’, explica Belén.

El material acopiado termina en manos de la empresa Kimberly-Clark Perú, que lo procesa para hacer papel higiénico y toallas. Con ello, se obtienen becas para los niños atendidos en las Aldeas Infantiles.

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