Kieron Monks
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Todo comenzó en 1994, cuando el comerciante de antigüedades, Michael Frank, encontró una pintura realmente mala en la basura y la enmarcó.
Desde ese momento, nació el Museo del Arte Malo (MOBA). Con tres precarias salas -todas ubicadas en Boston (EE.UU.)-, exposiciones itinerantes y eventos especiales, Frank, ahora curador principal del MOBA, difunde más de 600 piezas de ‘arte malo’.
Publimetro conversó con Frank y nos contó sobre su iniciativa.
¿Por qué es tan exitoso? ¿Acaso ha aumentado el volumen de arte malo? Lo cierto es que el arte malo no es escaso, por lo que nuestro concepto está siendo apreciado en todo el mundo. No es solo decir que la obra sea mala, sino que en la pieza hubo un intento honesto de hacer algo genial, pero que en algún momento se tornó malo…
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¿Los artistas se molestan cuando ven sus obras en el Museo? Obviamente el adjetivo ‘malo’ es muy problemático, por lo que algunos sí se molestan. Pero la mayoría está encantada de ser expuesta. Incluso muchos artistas donan sus trabajos. Por lo general, hacemos una interpretación de cada pieza y siempre damos al artista un crédito apropiado. Nunca somos irrespetuosos.
Si yo quisiera mandar una obra, ¿qué estilo es el que prefiere el MOBA? Acogemos una gran variedad, pero debes saber que ya tenemos muchas obras con gente pintada de azul. Y que se nos hace difícil exponer trabajos en 3D.
Su primera exhibición fue en un baño, ¿el lugar realmente importa? No. Aunque la primera muestra fue en un teatro, tenemos una nueva en un centro de vida salvaje… en el consultorio de un veterinario (risas).
Otras galerías de arte malo han empezado a aparecer. ¿Parece que esto ya es todo un movimiento? Sí, estos lugares deben existir. Sabemos que hay uno en Australia y otro en Ohio, y ambos nos dan el crédito de la iniciativa.