La absolución de un vigilante blanco acusado de matar a un joven negro en Florida (sureste) reabrió el estigma racial en Estados Unidos, donde el presidente Barack Obama llamó a la calma después de que miles de personas rechazaran el fallo.
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Millares salieron a las calles en Nueva York, Los Ángeles, Chicago y Atlanta, entre otras ciudades, para protestar contra el controversial veredicto alcanzado por un jurado compuesto de seis mujeres, que declaró al guardia barrial George Zimmerman, de 29 años, no culpable de la muerte del adolescente Trayvon Martin, de 17.
El juicio que concluyó el sábado en Sanford, centro de Florida, dividió a la nación, entre quienes creen que Zimmerman, un estadounidense de madre peruana, actuó en legítima defensa y quienes piensan que lo hizo motivado por prejuicios raciales contra Martin.
Zimmerman fue acusado de perseguir y disparar a Martin, quien iba desarmado, durante un altercado que tuvieron en una urbanización privada la noche lluviosa del 26 de febrero de 2012.
“Es una verguenza que en 2013 tengamos un veredicto que legitima el asesinato de un negro porque se acepta el uso de las armas de un civil contra otro”, dijo a la AFP Amanda Hooper, una joven estudiante de Nueva York que estaba de visita en Sanford y se acercó a las manifestaciones frente a la corte que decidió el caso.
El presidente Obama tuvo que llamar a la calma el domingo tras el estallido de las protestas.
“Sé que este caso ha suscitado intensas pasiones. El día después del veredicto, sé que estas pasiones podrían intensificarse. Pero somos un estado de derecho y un jurado ha hablado”, dijo Obama en un comunicado.