La princesa saudita Meshael Alayban, inculpada el miércoles de esclavismo por forzar a una mujer keniata a realizar trabajos domésticos, pagó su fianza de 5 millones de dólares y será liberada de la cárcel local, informó en un comunicado la fiscalía del condado de Orange (60 Km al sur de Los Ángeles).
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“La acusada entregó su pasaporte, deberá portar un GPS para que las autoridades controlen su paradero, no puede alejarse del condado de Orange sin permiso judicial y tiene prohibido contactar a la víctima”, agregó el texto.
Alayban, de 42 años, es una de las seis esposas del príncipe Abdulrahman bin Nasser bin Abdulaziz al Saud, bisnieto del rey Abdulá de Arabia Saudita, confirmó a la AFP la portavoz de la fiscalía de Orange Farrah Emami.
“Aún hay una investigación en curso para determinar exactamente cuál es su posición en la familia real”, agregó Emami.
La supuesta víctima fue forzada a trabajar siete días a la semana 16 horas al día por 220 dólares mensuales lejos de los 5 días, 8 horas y 1.600 dólares prometidos, primero en un palacio en Arabia Saudita y luego en un apartamento en Irvine (una localidad del condado de Orange), donde la princesa pasaba una temporada junto a su familia.
La keniata, madre de una niña de siete años, fue contratada en marzo del año pasado por una agencia de su país para hacer labores domésticas en un palacio árabe, pero, cuando se presentó en su nuevo trabajo, sus empleadores le quitaron el pasaporte y rompieron el contrato, de acuerdo a la fiscalía.
Casi un año después, en mayo de este año, la princesa Alayban llegó a Estados Unidos junto a su familia, la keniata y otras cuatro domésticas filipinas, cuya situación legal aún se investiga.
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La supuesta víctima aseguró a la policía que su empleadora le devolvió el pasaporte sólo para pasar por el trámite de migración y que luego lo retuvo nuevamente.
La historia se desarrolló este martes, cuando la keniata de 30 años, quien no fue identificada con su nombre, logró escapar, se subió a un autobús y, ayudada por uno de los pasajeros, acudió a la policía.
Al emitirle la visa, funcionarios de la embajada estadounidense en Riad la capital de Arabia Saudita le habían entregado subrepticiamente un panfleto sobre el tráfico de personas y sus derechos legales, que la mujer llevaba consigo en el momento en que escapó de sus supuestos captores.
“Es una mujer inteligente. Vio (en el viaje a Estados Unidos) la oportunidad de ser libre y la tomó”, comentó su abogado, Steve Baric.
Un día después de la huida de la criada, el miércoles, la princesa Alayban fue detenida en un operativo en el cual la policía halló a las filipinas.
La acusada estaba en Irvine de vacaciones con su marido el príncipe y sus tres hijos pequeños, dijo el fiscal de distrito, Tony Rackauckas.
Este jueves, un tribunal de la localidad de Santa Ana en el condado de Orange fijó la lectura formal de los cargos de Alayban para el 29 de julio.
Si es hallada culpable, la princesa puede ser condenada a un máximo de 12 años de prisión, aunque aún resta saber si la situación de las filipinas derivará en nuevas inculpaciones.
No estaba claro si la supuesta víctima querrá permanecer en Estados Unidos, pero tiene derecho a obtener una visa destinada a víctimas de esta clase de crímenes, recordó el fiscal.