El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan , proclamó su victoria el martes frente a los manifestantes en un discurso ante los diputados de su partido y lanzó una gran redada contra militantes de extrema izquierda acusados de instigar las protestas de los últimos doce días.
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“Nuestra democracia pasó una nueva prueba y salió victoriosa”, dijo Erdogan, ovacionado por los diputados del Partido de la Democracia y la Justicia (AKP).
“El pueblo y el gobierno de AKP desbarataron ese complot organizado por traidores y sus cómplices en el extranjero”, agregó Erdogan.
Durante más de una hora, Erdogan denunció a los “saqueadores” y a los “anarquistas” que ocuparon la calle, a los “medios internacionales” culpables de “desinformación” y las críticas sobre su intransigencia durante la crisis y la represión policial.
“Agradezco una y otra vez a la policía por su paciencia y sentido común”, dijo Erdogan, justificando el uso masivo de granadas lacrimógenas.
“Nuestra policía adoptó una actitud democrática contra la violencia sistemática y aprobó con éxito el test de la democracia”, insistió Erdogan, que lanzó una doble crítica a la oposición.
Por un lado la acusó de manipular la protesta, por otro le reprochó su inacción.
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“La gente quiso manifestar porque la oposición no cumple con su deber”, dijo Erdogan, que advirtió contra cualquier intento de volver a manifestar en el parque de Gezi y la plaza Taksim de Estambul.
“De ahora en más no habrá ninguna tolerancia hacia personas u organizaciones que lleven adelante acciones violentas”, advirtió Erdogan.