Más de la mitad de las especies vegetales y un tercio de las animales más comunes verán su espacio vital reducido a la mitad de aquí al 2080 si el calentamiento climático continúa en aumento, según un estudio publicado este domingo.
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El incremento de las emisiones de gas de efecto invernadero (GEI) colocan al planeta en una trayectoria de calentamiento de unos 4°C de aquí al fin del siglo, con respecto a los niveles preindustriales.
Los investigadores de la universidad británica de East Anglia estudiaron el impacto de un aumento tal de temperatura en las “zonas climáticas” de 48.786 especies, es decir, los espacios en los que las condiciones climáticas son propicias a su existencia.
Según sus conclusiones, publicadas en la revista Nature Climate Change, alrededor del 55% de las plantas y 35% de los animales podrían ver ese espacio reducido a la mitad de aquí a 2080.
El riesgo será mayor para las plantas, los anfibios y los reptiles, porque el ritmo de su capacidad de adaptación es más lento que el del cambio climático, señalan los investigadores.
Las zonas más afectadas serían África subsahariana, América Central, Amazonia y Australia.
Según la investigadora Rachel Warren, esas estimaciones se sitúan “probablemente en la gama inferior” dado que solamente toman en cuenta el impacto del aumento de temperatura y no considera los eventos extremos provocados por el cambio climático como los ciclones o las inundaciones.
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“Las poblaciones de animales en particular podrían desaparecer en mayor proporción que la que estimamos por la disminución de las plantas disponibles para alimentarse”, explica en un comunicado que presenta el estudio.
“También habrá consecuencias para el hombre porque hay especies que son importantes para la purificación del agua y del aire, para limitar las inundaciones y para el ciclo de alimentación”, agrega.
Según el estudio, ese impacto sobre las zonas climáticas de las especies podría limitarse, y aun de manera significativa, si se toman rápidamente medidas para reducir las emisiones de GEI.
Si la emisión de gases de efecto invernadero llegara a un tope en 2016, una posibilidad considerada irreal, las pérdidas de zonas climáticas se reducirían un 60% y si alcanzaran ese punto máximo en 2030, la cifra sería de 40%, concluye.