Ariel Castro, principal sospechoso de los secuestros de Cleveland, era un hombre con doble cara, según la información divulgada: por un lado un músico amante de los automóviles, pero por el otro una persona que habría golpeado a su ex esposa e hijos durante años.
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Junto a sus hermanos Pedro, de 54 años, y Oneil, de 50, este antiguo conductor de buses escolares de 52 años enfrenta cargos criminales por el secuestro durante una década de Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight.
Las tres mujeres fueron liberadas la noche del lunes de una casa de dos pisos y cuatro habitaciones propiedad de Castro, ubicada en el número 2207 de Seymour Avenue en una zona de clase media de Cleveland (Ohio, norte de Estados Unidos)
Castro, quien en el porche de su casa mantenía ondeando una bandera de Puerto Rico, proviene de una familia que emigró de la isla caribeña tras la Segunda Guerra Mundial a Cleveland, en ese entonces un emporio industrial.
Su padre, Nona Castro, fallecido en 2004, dirigía una casa de ventas de carros usados, mientras que su tío, Julio “Cesi” Castro, de 78 años, sigue siendo un pilar de la comunidad hispana de la ciudad.
La reputación de Ariel Castro en el barrio donde vivía era buena.
“Vivo acá desde hace un año. Hice asados (parrilladas) con este hombre. Comimos costillas con música salsa de fondo”, dijo a una televisora local Charles Ramsey, el vecino que ayudó a Amanda Berry a escapar.
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Ramsey también recuerda haber visto a Castro en su jardín jugando con perros, o reparando automóviles y motocicletas.
Pero Julio Castro dijo que su sobrino se aisló de la familia luego de la muerte de su padre en 2004, el año en que DeJesus desapareció, un año después del secuestro de Berry y dos años más tarde de que Knight fuera vista por última vez.
“Quizás era el tipo de persona que vivía dos vidas”, dijo Julio Castro a la cadena CNN.
En 2005, la exesposa de Castro, Grimilda Figueroa, fallecida el año pasado, había alegado ante una corte familiar que Castro “frecuentemente secuestra” a las dos hijas de la pareja, Emily y Arlene “y las mantiene alejadas de su madre”.
Figueroa había denunciado haber sufrido violencia que le dejó en diversas ocasiones la nariz o una costilla rota, el hombro dislocado o un coágulo de sangre en el cerebro, y pidió al juez en su momento que “inste (a Castro) a cesar en sus amenazas de muerte”.
El hijo de la pareja, Anthony Castro, actualmente banquero en Cincinnati de 31 años, afirmó al diario británico Daily Mail que su madre abandonó la casa con los tres hijos en 1996 tras años de abusos.
“Yo también fui golpeado”, dijo.
El sospechoso Ariel Castro condujo autobuses escolares por 22 años, no exentos de infracciones de tránsito e incidentes, como cuando en 2004 dejó solo a un niño con discapacidad mientras buscaba una hamburguesa, hasta que en noviembre de 2012 fue despedido.
Castro era un aficionado a tocar el bajo, el cual tocó por unos quince años junto a una banda local de música latina, el Grupo Kanon, según el diario Plain Dealer.
“Hacía el trabajo, pero se volvió cada vez más menos confiable en años recientes”, dijo el líder de la banda Ivan Ruiz, quien también lo despidió el año pasado.
“Era como si no pudiera dejar su casa”, afirmó.