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Derrumbe de Bangladesh relanza polémica sobre condiciones de trabajo en la industra textil

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La marca española de ropa Mango reconoció el jueves que había hecho un pedido de 25.000 artículos a un taller de confección situado en el edificio derruido el miércoles en Bangladesh, en el que han muerto 250 personas, y precisó que se trataba “sólo” de muestras.

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La portavoz del grupo Marta Soler Morera dijo que los pedidos, de los que al menos cuatro se hicieron en enero y marzo, “sólo eran muestras”, en un mensaje electrónico dirigido a la AFP.

Unas mil personas fueron internadas en el hospital, según Hiralal Roy, médico del hospital Enam cercano al lugar de los hechos.

El edificio Rana Plaza, que albergaba dos talleres de confección, varios comercios y un banco, se derrumbó como un castillo de naipes el miércoles de mañana.

“El edifico colapsó en minutos. La mayoría de los trabajadores no tuvo posibilidad de escapar”, dijo a la AFP el responsable del Departamento Nacional de Bomberos, Ahmed Ali.

Este accidente volvió a poner de manifiesto los problemas de seguridad y las pobres condiciones laborales de la industria textil en Bangladesh, el segundo mayor exportador de ropa que provee a minoristas de todo el mundo.

Según los grupos de defensa de los derechos laborales, se trata del peor accidente en una fábrica de la historia del país, lo que llevó al gobierno del primer ministro, Sheikh Hasina, a declarar un día nacional de luto el jueves, cuando las banderas ondearán a media asta.

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La cadena británica de ropa a bajo precio Primark fue de las primeras en admitir que una de sus proveedoras estaba basada en el edificio Rana Plaza de ocho plantas que se derrumbó a las 09H00 de la mañana (03H00 GMT).

“La compañía está conmocionada y profundamente triste por este terrible suceso en Savar, cerca de Dacca, y expresa sus condolencias a todos los afectados”, dijo en un comunicado

Uno de los talleres era New Wave Style, que en su página internet afirma abastecer a la compañía española Mango y la italiana Benetton.

El grupo Walmart dijo investigar las acusaciones de militantes en favor de los derechos de los obreros, según los cuales tiene proveedores en el Rana Plaza. El español Mango admitió vínculos con una fabricante del edificio.

Algunos de los obreros que trabajaban en los talleres de confección se habían quejado públicamente el martes por la noche de la existencia de fisuras, lo que desató pánico entre los trabajadores. Llegó incluso a provocar una avalancha en la que resultaron heridas 10 personas. Pero tuvieron que volver a trabajar por orden de sus jefes.

“Los responsables nos obligaron a volver y una hora después de que volviésemos, el edificio se derrumbó con un gran estruendo”, contó a la AFP Musumi, una obrera de 24 años.

Mustafizur Rahman, responsable de una unidad policial creada para tratar los problemas industriales, dijo que los propietarios de la fábrica ignoraron la advertencia de abrir sus plantas.

“Tras examinar las fisuras el martes, les dijimos que mantuvieran las plantas cerradas. Desafiaron nuestra advertencia”, dijo a la AFP.

En el lugar del hundimiento del miércoles, los cadáveres y las personas heridas eran evacuadas de la parte alta de los escombros

Equipos de bomberos y personal del ejército seguían trabajando el jueves en el lugar del siniestro intentando penetrar la montaña de hormigón y de acero y llegar hasta las personas que desde el interior pedían auxilio.

Provistos de perforadoras y palas, cientos de bomberos, soldados y socorristas luchaban con la esperanza de encontrar sobrevivientes en la montaña de escombros tras el terremoto.

Según el ministro del Interior, Muhiudin Khan, el edificio se construyó sin respetar la legislación en vigor.

Musumi estima que unas 5.000 personas trabajaban en el edificio, que también alberga apartamentos y comercios.

La industria textil de Bangladesh es la segunda más importante del mundo. Abastece sobre todo a numerosas marcas occidentales de bajo coste.

Llueven las críticas contra este sector por no respetar las normas de seguridad. En noviembre de 2012, un incendio en una fábrica textil causó 111 muertos en los suburbios de Dacca.

Los derrumbes de edificios en Bangladesh son corrientes, ya que las normas de seguridad en la construcción se aplican rara vez. En 2005, al menos 70 personas murieron al desplomarse un taller textil en las afueras de Dacca.

Y en noviembre, 13 personas murieron por la caída de un puente en construcción en la ciudad portuaria de Chitagong.

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