Maduro, heredero político del fallecido presidente Hugo Chávez, tiene previsto reunirse este miércoles con los gobernadores de todo el país para dejar claros los apoyos internos, mientras sus seguidores organizan mitines en varios puntos del territorio.
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Un grupo de chavistas tiene previsto manifestarse contra Capriles en Los Teques, capital del estado que él gobierna, Miranda (norte), aunque el gobierno no estaba destacando la convocatoria.
Pero la tensión bajó considerablemente con el llamado lanzado en la noche del martes por Capriles a sus seguidores para que se recojan, para evitar enfrentamientos.
En su cuenta de Twitter, el líder opositor acusó al “ilegítimo”, como llama a Maduro, de hablar “de amor, de no violencia” y al mismo tiempo mandar “a atacar” su residencia oficial en los Teques.
“Cualquier cosa que me pase en la Residencia Oficial en los Teques hago responsable a Nicolás Maduro!”, escribió el joven gobernador, de 40 años.
De inmediato, el presidente electo respondió, también vía Twitter, afirmando tener “información que la derecha esta armando grupos con franelas rojas (color de los chavistas) para simular ataque” y dijo haber “alertado a todos los cuerpos de seguridad”.
“Llamo al Pueblo a aislar los fascistas y violentos donde estén, y a la justicia a castigar los crímenes cometidos y los destrozos. Paz Paz”, agregó Maduro, quien prometió protección a Capriles.
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Una marcha convocada para este miércoles por Capriles para exigir el recuento de votos, fue cancelada por el líder opositor el martes, luego de que Maduro aseguró que no permitiría marchas opositoras en la capital. — America Latina y la UE saludaron elección de Maduro, EEUU no— Mientras tanto, Maduro, un ex chofer de bus de 50 años ungido por Hugo Chávez para liderar la revolución socialista tres meses antes de morir, tiene previsto jurar el cargo el viernes tras imponerse con el 50,8% de los votos, frente al 49% de su adversario, según el órgano electoral.
El gobierno prepara los actos de investidura, a los que, según anunció el ministro de Comunicaciones Ernesto Villegas, ya confirmaron la asistencia delegaciones de “alto nivel” de 15 países.
“No queda otro camino que reconocer ese triunfo”, expresó Villegas, quien desestimó las denuncias de irregularidades en los comicios, en una rueda de prensa que dio avanzada la noche del martes para “desagraviar” a los muertos en las protestas, que según el gobierno fueron siete el lunes.
Todos los países de América Latina, salvo Paraguay que pidió un recuento de votos, saludaron la elección de Maduro y este miércoles lo hizo la Unión Europea. Estados Unidos, principal comprador del petróleo venezolano y que paga en efectivo, se mantiene sin reconocer los resultados de la elección.
“Pensamos que debería haber un recuento. No sé si eso va a suceder en los próximos días”, dijo el secretario de Estado norteamericano John Kerry a legisladores estadounidenses.
Pero España reconoció la proclamación, después de un incidente diplomático entre ambos países tras la ajustada victoria. La Unión Europea “tomó nota” el miércoles de la elección e Maduro, aunque destacó que los recursos presentados por la oposición venezolana deberían ser “debidamente” examinados.
Para mostrar su respaldo, Maduro convocó a sus seguidores a marchar el viernes, cuando se tiene prevista su juramentación ante la Asamblea Nacional. “La gran marcha sobre Caracas… que nos juramentemos juntos”, dijo. — Diálogo de sordos — Capriles expresó el martes su disposición a dialogar con el gobierno, pero insiste en su reclamo al Consejo Nacional Electoral (CNE) de un recuento total de los votos escrutados el domingo pasado, que dieron una victoria cerrada al oficialista por 1,8 puntos porcentuales de diferencia.
Sin referirse al llamado de Capriles, Maduro mencionó la conveniencia de un “diálogo con el pueblo” para mejorar las misiones sociales que heredó de Chávez, dejando entrever que estaba al tanto de las declaciones de su adversario.
El líder opositor presentó en rueda de prensa un documento en el que denunció “incidencias” en el proceso de votación, como el retiro de testigos en las mesas electorales, pero hasta el momento no explicó las vías legales que seguirá.
Varias ciudades del país, incluida Caracas, vivieron una noche de protestas sonoras, con cacerolazos de los opositores y estallido de petardos por parte de los seguidores del gobierno, sin que hasta ahora se reporten incidentes violentos como los del lunes, que dejaron siete muertos y más de 60 heridos, según datos oficiales.
Fue precisamente en los principales centros urbanos del país, donde se desarrollaron los cacerolazos, donde Capriles obtuvo mayoría en los comicios del domingo.
Los ánimos se caldearon luego de que Maduro fue declarado presidente electo el lunes. El gobierno responsabilizó a Henrique Capriles de los hechos violentos sucedidos y acusó a Estados Unidos de financiar las marchas opositoras.
Acusando a la oposición de “golpismo”, Maduro calificó a Capriles de ser “el nuevo Carmona”, refiriéndose al líder empresarial que se sentó en la silla presidencial durante el golpe de Estado que sacó del poder a Chávez durante 48 horas en abril de 2002.
“Aquí lo que hay es una crisis política. Si usted canta: ‘Bingo’, tiene que mostrar el cartón para demostrar que ganó”, expresó Capriles al rechazar la acusación de “golpista”.
Capriles exhortó a sus seguidores a reclamar de forma pacífica con los “cacerolazos” y les advirtió de no salir a las calles para no “hacerle el juego” al gobierno, al que acusa de provocar los incidentes de violencia con infiltrados en las manifestaciones.