El principal objetivo del compromiso firmado por la Asociación Brasileña de Supermercados (Abras) es evitar que éstos compren carne bovina procedente de áreas que están siendo deforestadas en la Amazonía, o provenientes de haciendas con irregularidades ambientales o sociales, como utilizar mano de obra esclava, informó la Fiscalía.
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“Esperamos que en poco tiempo, principalmente las grandes cadenas de supermercados de todo el país emprendan acciones, como certificación y un control de sus proveedores, que garanticen que no aceptan a los que deforestaron, practican trabajo esclavo o acciones que perjudican a comunidades indígenas”, dijo a la AFP el fiscal Daniel Azeredo, del grupo de trabajo Amazonia Legal.
En la Amazonia brasileña la mayor causa de deforestación es la actividad pecuaria, en este país que posee el mayor rebaño comercial bovino del mundo con más 200 millones de cabezas de ganado y que es también el mayor exportador de carne del planeta.
El trabajo de los fiscales contra la carne procedente de áreas y productores que deforestaron para hacer lugar a la cría de ganado comenzó en 2009, cuando fueron denunciados 13 grandes frigoríficos y 22 haciendas del estado amazónico de Pará.
La ONG Greenpeace divulgó entonces un informe, fruto de tres años de investigación, que denunciaba que carne y cuero de haciendas que deforestaron ilegalmente conseguían infiltrarse en las grandes procesadoras del sur de Brasil y abastecer a marcas mundiales de calzados, moda, autos y alimentos.
Desde entonces, la Fiscalía suscribió acuerdos de compromiso, principalmente con frigoríficos. El acuerdo ahora con los supermercados “tal vez sea el principal punto de la cadena, porque estos tienen un poder de control muy grande sobre los productos que son comercializados, en un momento en que tenemos un consumidor cada vez más consciente y exigente”, dijo Azeredo.