En la homilía de su misa en la Capilla Sixtina, el Papa argentino instó a los 114 cardenales que participaron en el cónclave que lo eligió ser “irreprochables” y a defender los valores originales del cristianismo con palabras inhabituales para un pontífice debutante.
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“Si no nos confesamos con Jesucristo, nos convertiremos en una ONG piadosa”, dijo en su breve homilía, vestido con sencillos paramentos dorados y mitra.
“Cuando no edificamos sobre piedra ¿qué sucede? Sucede lo que les pasa a los niños en la playa, cuando construyen castillos de arena, todo se viene abajo”, agregó con un lenguaje familiar y didáctico.
Francisco sorprende al romper con el estilo de su antecesor Benedicto XVI, el “papa teólogo” que pasará a la posteridad por su histórica renuncia por “falta de fuerzas”.
El primer día de pontificado empezó con una breve oración matutina en la basílica romana de Santa María la Mayor, donde decenas de curiosos le esperaban para saludarle.
Dentro del templo hizo una ofrenda floral a la Virgen en una pequeña capilla, y al salir saludó a los niños de una escuela cercana.
Luego, en un signo de su humildad, explicó el Vaticano, fue a buscar sus maletas en la Casa Internacional del Clero, donde residía antes del cónclave y pagó la cuenta antes de irse. “Para dar ejemplo”, explicó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
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En un carta dirigida al rabino de la comunidad judía de Roma, hizo un gesto hacia la comunidad judía y aseguró que espera contribuir a mejorar las relaciones entre ambas comunidades “con un espíritu de renovada colaboración”
El nuevo Papa tendrá en los próximos días una agenda muy cargada. El viernes recibirá a todo el colegio cardenalicio en la Sala Clementina y el sábado comparecerá ante los periodistas, como ya hiciera su predecesor Benedicto XVI.
El domingo rezará el primer Ángelus desde la ventana del estudio pontificio, antes de la gran misa de entronización del martes 19 de marzo, día de San José, patrono de la Iglesia, en la que se espera la presencia de líderes de todo el mundo, entre ellos las presidentas de Argentina, Cristina Kirchner, y de Brasil, Dilma Rousseff.
La elección del hasta ayer cardenal argentino Jorge Bergoglio, de 76 años, proclamado Papa por sorpresa el miércoles tras dos días de cónclave, contradijo todos los pronósticos de vaticanistas y expertos que veían una pugna entre el italiano Angelo Scola y el brasileño Odilo Scherer. Un jesuita humilde y políglota El Vaticano desveló algunos detalles de los momentos que siguieron a la aparición del nuevo Papa el miércoles por la noche en la basílica de San Pedro ante miles de fieles.
“¡Que Dios los perdone por lo que han hecho!”, habría confesado dirigiéndose a los cardenales durante la cena, en referencia a la decisión de haberle elegido Papa.
Saliendo de San Pedro, Francisco no quiso utilizar el coche oficial y prefirió regresar a la Casa Santa Marta, su residencia durante el cónclave, igual que vino, en un minibús con el resto de cardenales.
El Vaticano aseguró que el nuevo Papa habla al menos cinco lenguas (español, italiano, alemán, inglés, francés, además de un poco de portugués) y restó importancia al hecho de que de joven le fuera extirpada una parte de un pulmón.
También confirmó que Francisco llamó el jueves a su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, instalado en Castelgandolfo, y con el que tendrá que convivir durante su papado.
Lombardi, la cara del Vaticano ante la prensa desde la renuncia histórica de Benedicto XVI, confesó su emoción de ver a un jesuita como él acceder al trono de Pedro, algo inédito en la historia de la Iglesia, igual que el nombre de Francisco.
“Es algo extraordinario, algo que ninguno de nosotros habría imaginado. En nuestra espiritualidad, nuestro servicio no es la diócesis ni la iglesia universal sino una actitud de obediencia a las misiones”, explicó.
Las autoridades políticas y religiosas de todo el mundo recibieron con sorpresa y satisfacción la elección del nuevo Papa, a pesar de que en su Argentina natal la prensa se interrogaba sobre su papel durante la dictadura militar en el país (1976-1983).
“Es un pastor de doctrina sólida y realismo concreto”, resaltó el vaticanista Sandro Magister, recordando que siempre se mantuvo “a buena distancia” de la Curia, el gobierno de la Iglesia.
Con esta elección concluyen cuatro agitadas semanas en la historia moderna de la Iglesia después de la renuncia inesperada de Benedicto XVI, alegando “falta de fuerzas” para seguir llevando a cabo su misión, un hito sin precedentes en los últimos siete siglos.