‘A las 4,25 de la tarde ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías’. El 5 de marzo de 2013 ya tiene su lugar en la historia. El líder venezolano murió en el Hospital Militar de Caracas sin reaparecer públicamente desde que fue operado en La Habana el pasado 11 de diciembre.
PUBLICIDAD
‘Tragedia histórica’ y ‘momento de inmenso dolor’, tal y como señaló Nicolás Maduro, su colaborador más fiel en 14 años de Revolución bolivariana.
Entre lágrimas y sin poder contener la emoción, Maduro fue el encargado de dar la noticia a Venezuela y al mundo. ‘(Murió) luego de batallar duramente con una enfermedad durante casi dos años, con el amor del pueblo, con la lealtad más absoluta de sus compañeros de lucha y con el amor de sus familiares’, añadió el vicepresidente, elegido por el propio Hugo Chávez para sucederle.
Junto a él estaba la cúpula oficialista encargada de prolongar el chavismo sin Chávez: el canciller Elías Jaua; el yerno del fallecido, y también ministro Jorge Arreaza; Cilia Flores, procuradora general de la República y pareja sentimental de Maduro y Ernesto Villegas, ministro de Comunicación.
‘Ahora le toca a nuestra patria. Nosotros llamamos a todos los compatriotas a ser vigilantes de la paz, del amor, del respeto y de la tranquilidad’, enfatizó Maduro en un mensaje de concordia alejado del tradicional discurso de enfrentamiento asumido por el oficialismo. El nuevo hombre fuerte del país confirmó el despliegue de unidades del Ejército y de la Policía. De inmediato, Caracas reaccionó a la carrera: cierre automático de comercios y regreso precipitado a los hogares.
Hugo Chávez vivió en medio de la polémica. Y también murió en ella. El oscurantismo informativo envolvió su crisis de salud desde el principio. Incluso se decretó secreto de estado, tal como ocurrió en Cuba por la enfermedad de Fidel Castro en 2006.
Jamás se supo oficialmente qué tipo de cáncer sufría Chávez ni tampoco a qué órganos afectaba. En los últimos 86 días el oficialismo practicó un ejercicio informativo salpicado de misterio y de mentiras, con las que quiso obtener ventaja política para el nuevo escenario político que nace desde hoy.