La policía española recuperó una moneda “única en el mundo” de la época del emperador Augusto que fue robada a un coleccionista de Madrid hace un año junto a otras 866 monedas romanas y diversas joyas valoradas en 600 000 euros.
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Los agentes recuperaron 867 monedas íbero-romanas, acuñadas entre los siglos I a.C. y I d.C., que se encontraron en una casa de subastas de Barcelona (noreste de España) y en un establecimiento de compraventa de oro en Madrid, cuyo propietario fue detenido, informó este miércoles un comunicado policial.
Las monedas y diversas joyas, valoradas en conjunto en unos 600 000 euros, fueron sustraído en abril de 2012 de la casa de un coleccionista madrileño, donde los ladrones accedieron utilizando la técnica del butrón, consistente en acceder al lugar del robo por medio de un agujero en la pared o en el techo.
“La colección es muy importante tanto por su valor económico como, especialmente, por su importancia histórica, artística y cultural”, precisó a la AFP el Inspector Jefe de la Brigada de Patrimonio Histórico, Antonio Tenorio, que ha llevado a cabo la investigación.
La pieza más destacada de esta colección era una moneda “única en el mundo” perteneciente a la época del emperador Augusto (27 a.C. – 14 d.C.) que el coleccionista había comprado en 2002 en una casa de subastas de Nueva York por 30 000 euros.
La moneda, con la efigie de César Augusto en una de las caras, conmemora la victoria del Imperio romano contra las tribus cántabras y astures que habitaban entonces el norte de la península ibérica, señaló Tenorio.
“Está acuñada en bronce, tiene bastante peso y es una de las más grandes que se ha intervenido. Parece ser que es una pieza única porque no se conoce ninguna igual en el mundo”, añadió.
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Tras la denuncia del robo, la policía española emprendió una búsqueda nacional e internacional de las piezas que permitió, el pasado 5 de febrero, encontrar 204 de estas monedas en una sala de subastas de Barcelona, donde habían sido depositadas para su venta por un joyero de Madrid.
Los agentes detuvieron al joyero el 11 de febrero y encontraron el resto de la colección almacenado en un local de compraventa de oro del centro de Madrid, del que era su propietario.
El joyero está acusado de un delito de receptación por adquirir una mercancía a sabiendas su origen ilícito, pero no fue el autor material del robo.
En este sentido, la policía sospecha de un grupo de trabajadores que, sólo unos días antes del robo, realizó obras de reforma en el domicilio del coleccionista por lo que, de momento, mantiene la investigación abierta.