Al menos 31 personas, entre ellas cinco mujeres y 14 niños, murieron y otras decenas resultaron heridas por un misil tierra-tierra lanzado por las tropas leales al presidente Bashar Al Assad. Fue ayer en un barrio popular de Alepo, en el norte de Siria, señaló el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
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‘El número de muertos podría aumentar. Muchos cuerpos se encuentran todavía bajo los escombros’, estima la organización.
Según fotografías transmitidas por pobladores de la zona, los edificios sufrieron destrozos cuantiosos. ‘Se trata de un barrio de casas de mala calidad. Un solo misil destrozó todo’, informó Abu Hicham, sobreviviente del ataque.
Pocas horas después, en Damasco, capital de Siria, dos morteros estallaron en uno de los tres palacios del presidente Bashar Al Assad. No hubo víctimas mortales, pero es la primera vez en la historia de Siria que la casa presidencial es atacada.